martes, 14 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (32º DÍA DE CUARENTENA)


Repunte al alta de muertos, pero por debajo de los seiscientos. Disminuye a un tanto por ciento decreciente el crecimiento de nuevos contagios del tipo ¡No Me Jodas A Estas Alturas! y sigue aumentando a buen ritmo y salida con aplausos el número de recuperados Nunca os Olvidaré-Joder, ascenso también en los recuperados Gracias de Corazón-Salaos y un pico significativo al alza entre los recuperados Ha Nacido Un Superhéroe-Cabrones al ser notificados de su recién adquirida inmunidad por familiares, amigos y enfermeros del tipo Lo He Estado Aguantando Veinte Días y Sé Lo Que Vale Mi Antonio José Esta Tarde Misma Está Volando...

Por lo demás, hoy es Catorce de Abril, aniversario de la II República Española, y hemos puesto una consecuente bandera republicana en el balcón de aplaudir sujeta por dos macetas. Con la chupa que ha caído esta tarde en Lavapiés, y con la tendencia natural a desteñir de estas telas de trapillo, no descarto que del cuarto piso hacia abajo todos los balcones del bloque se hayan vuelto también republicanos, y también por contagio, mira qué bien en estas fechas tan apropiadas.

Los hijos de los fusilados durante la guerra civil siguen siendo hoy grupos de riesgo. Cuando se sepa con números exactos la masacre que se ha cometido con los abuelos en la Comunidad de Madrid, capital incluida, a causa de la negligencia y mala fe de sus gobernantes fascistas, alguien debería pensar en qué hacer para contener a sus hijos y nietos para que no se produzca otra segunda masacre y peor entre los políticos involucrados y el Barrio entero de Salamanca, para empezar, por autor intelectual del atentado.

También habrá ancianos muertos entre los suyos, no seas así...

Nosotros no fuimos a privatizar sus residencias de ancianos para enriquecernos esquilmando sus recursos y forrándose a base de recortar servicios: esas residencias ya eran privadas. Ellos sí privatizaron las residencias públicas de nuestros mayores de la noche a la mañana cuando sus políticos mafiosos lograron acceder a los puestos de mando manipulando las elecciones. Incluso privatizaron un parque público justo en el centro de Madrid, por Ríos Rosas (con busto en Ronda), para hacer un puto, repito, UN PUTO campo de golf de acceso exclusivo para sus socios de la jet con chalets en La Moraleja.

También habrá ancianos muertos entre los suyos, no seas así...

¿Y estarán esperando turno para ser enterrados como los nuestros en la morgue del Palacio de Hielo como si hubiera habido una matanza contra los familiares de las mayoretes? ¿O ya están disfrutando de la vida eterna a todo tren en sus panteones privados?

No es buen día para dejarme llevar por las metáforas, pero me da lo mismo una fosa común en un descampado en Castuera que una fosa común debajo de una portería de hockey sobre hielo.

Las Residencias de Mayores están siendo sus cunetas y por más que se les piden cuentas y responsabilidades a los fascistas disfrazados de demócratas su actitud es la misma que después de la guerra civil: prepotencia y crueldad.

Yo ya lo he hecho, pero usted supongo que no. Imagínese a la presidenta desquiciada de la Comunidad de Madrid en uniforme de falangista y atará cabos, mi sargento.

Habrá que huir otra vez a Francia.

Mejor a Portugal, pero no intentéis usar la ruta de Badajoz. Hay gente con ametralladoras en la plaza de toros.

Hoy voy a aplaudir con ganas distintas a las ocho. Te has convertido en todo un hombre con estas reflexiones, chaval. ¿A que ji?

NI CORONA NI CORONO: VIVA LA REPÚBLICA


Los hijos de los fusilados siguen siendo hoy grupos de riesgo.
Madrid, 14 de Abril de 2020.

lunes, 13 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (31º DÍA DE CUARENTENA)


Bien. Vuelve a bajar de seiscientos el número de muertos. Ellos no saben lo que hacen, claro, si bajan, si suben, si apoyan a uno o joden al otro... Hacen cosas incluso no haciendo nada (como los confinados que estamos salvando vidas quedándonos quietos)... También hacen las cosas como los locos o como las piedras, inconscientemente. Son. Están. Caen los muertos y ni saben si caen o si suben. Te descalabran a ti o a una estadística. Pero bajan "felizmente" en un día como el de hoy, que está todo el mundo con los nervios de punta por la vuelta al trabajo de los currantes "no esenciales" (que ya es insultar) de la industria y de la construcción... Algunos millones de seres humanos aterrados saliendo a la calle por obligación y por necesidad, a partes iguales... Por eso ha habido profusas instrucciones de protección por parte del Estado para que no arriesguen más que lo necesario, como decía, ni menos que lo obligatorio. Ahí se ha comportado Papa Estado como una madre en la puerta ante el primer día de trabajo de su hijo, el alelado. No te acerques a nadie y no toques nada... que lo rompes. Van a ser los que vuelvan a poner en marcha la maquinaria económica del país y ya pueden imaginarse la rueda dentada más gigantesca que quieran que allí debajo estarán ellos, diminutos, empujando aterrorizados... Para que la sensación de vulnerabilidad no los anule, el gobierno ha repartido millones de mascarillas entre ellos esta mañana, con lo cual, aunque esta noche no sepamos todavía cuál es el balance de infectados nuevos después del final del "confinamiento estricto", lo que sí van a subir una cosa mala serán los atracos a bancos y farmacias con tanta mascarilla regalada. Como decía el borracho mejicano (creo) de Youtube: "¡Si saben cómo me pongo, pa' que m' invitan!"

Leí un titular esta mañana. Sólo el titular, que el resto de la pieza no me iba a interesar en absoluto después de entender que en sus letras gordas se decía algo así como que había que tener mucho cuidado con el humor en estos días tan difíciles y que el peligro era caer en la frivolidad... Si me acordara del titular exacto habría puesto el titular exacto, siempre más corto que su glosa. La frivolidad, qué palabra...

Insisto. Pa' que m' invitan...

Entra un caballo en un bar. El camarero lo ve y exclama: ¡Otro con la cara larga!

Lo que me interesa del chiste de arriba es el bar, por supuesto.

Parece que en un primer momento de apertura de bares podríamos desplegarnos en las terrazas a cierta distancia unos de otros, nunca en sus adentros por riesgo de aquaplaning de virus en la atmósfera saturada por los parroquianos... De acuerdo, pero aviso desde ya que va a haber bares diminutos con terrazas largas como el Ebro y camareros con walkie-talkie.

Si una mascarilla de las buenas no deja pasar la cerveza, que se la den a otro que la aproveche mejor que yo. Cualquier currante de los que ha salido esta mañana me presta la suya y seguro que filtra estupendamente. El gobierno sabe lo que se hace.

...Si saben cómo me pongo.

Hoy con el aplauso me voy a fijar en el cachito de terraza del bar Revuelta que se ve desde el balcón. Luego hago una regla de tres simple y calculo hasta donde llegaría nuestro Ebro con espuma de cerveza y mascarillas flotando.

domingo, 12 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (30º DÍA DE CUARENTENA)


Los analistas políticos de ultraderecha ya han comenzado a trabajar un día antes que los servicios no esenciales, que parece que lo harán mañana. Lo que antes les parecía una chuminada de izquierdas, el aplauso de las ocho, por compararlo con la lucidez de su convocatoria de cacerolada al gobierno, que ni estuvo ni se la espera, han sacado una repentina conclusión de tacticismo partidista que hace temblar el misterio: visto el apoyo popular que siguen teniendo los sanitarios desde los balcones, el próximo médico que se presente a las elecciones arrasa, vamos que si arrasa, y así se lo han comunicado a su líder, Pablo Casado, que por fin se ha decidido a emplear todo su talento y todo su esfuerzo exclusivamente en el bienestar de los españoles y se ha matriculado esta mañana en la carrera de Medicina llevado literalmente a hombros por esos analistas que digo, que para luego se nos adelantan los rojos... Sí, un domingo por la mañana. No pasa nada. Esta tarde antes de las ocho ya tiene el título, dos años de Mir y su bata de cirujano jefe.

Vuelven a repuntar los muertos. Estamos otra vez por encima de seiscientos. Como si se estrellaran tres aviones de nuevo. En la lista de pasajeros muertos aparecerán sus nombres y sus apellidos, pero también debería aparecer una breve glosa de lo que cada uno hizo en la vida y de lo que deseaba hacer todavía... Jodidos por un puto virus inconsciente...  Eso es lo que se debería leer en las portadas de los periódicos... De acuerdo, no habría sitio para más, ni en la portada ni en el interior, lo sé, pero es que no habría ninguna otra cosa de mayor importancia que esos muertos y sus glosas. En atención a los que salen pitando a su puta "segunda residencia".

Y por salir yo de estas mezquindades que se me han metido en la cabeza, y por alusiones y afinidades: "Residencia en la Tierra" y "Hojas de Hierba". Neruda y Whitman. Del primero, un pedacito de poema y una referencia a salir de casa cansado, furtivo, a tus sitios favoritos, para luego sospechar que pasa algo con las peluquerías, como en el Estado de Alarma en España durante esos primeros días tan confusos:

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.

Y del segundo, mucho más físico que el embajador chileno y con barbas divinas, encima, pensar en lo mal que le iría hoy en día en su querida tierra de la libertad si se dedicara, como acostumbraba, a alentar besos y abrazos por los pueblos. La apuesta es acerca del color del bigote del sheriff que lo encarcele antes o con qué calibre desmesurado le reventaron la cabeza en una gasolinera.

Durante estos días luminosos de nuestro querido confinamiento, creo que podría leer sin peligro a Neruda, el de amplios paisajes a menudo, incluso a Jack London, más amplios aún y más salvajes, pero no a Walt Whitman: su amplitud metafísica, su universo más allá de un simple universo me recordaría demasiado que no puedo dar la vuelta a una esquina de mi barrio sin lucir un mezquino cartel en la frente que diga adónde me dirijo, casi como el letrero con el precio que le obligan a llevar a un esclavo en su peana de mercado. ¡Pero salvas vidas sintiéndote orgulloso con tu mezquino cartel en la frente, querido! ¿Ese no fue el argumento de los sudistas para que los esclavos no se revelaran durante la Guerra de Secesión norteamericana? Y volvemos a Whitman. ¿Estaría él de acuerdo en quedarse en casa para salvar vidas y en ir exclusivamente a comprar pan sin poder hacer una cabriola en el aire como en una película en blanco y negro de Harold Lloyd? Por supuesto que estaría de acuerdo. Y te quitaría las tonterías de una hostia. Él fue enfermero en esa guerra de la que hablas y tú no, gilipollas.

UN AÑO DIFÍCIL PARA RESUCITAR...


Y si lo consigue, a ver en qué lista lo ponen, si en recuperados o en muertos asintomáticos...

sábado, 11 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (29º DÍA DE CUARENTENA)


A. se ha currado unas torrijas de Semana Santa a la plancha y le han quedado exquisitas. Gracias, cristianos. Gracias, panadería de Argumosa. El pan para torrijas que venden es un submarino de bolsillo que hubo que meter de pie en el ascensor como si lo acabaran de pescar. Habrá torrijas hasta la canción del verano. Buen tema para los profetas del quépasarácuandotodoestoacabe... ¿Habrá canción del verano? ¿Habrá verano? ¿Qué estará componiendo Álex Úbago en su confinamiento? Algo alegre, fijo. Si nadie lo remedia, en las verbenas vamos a bailar pasodobles por Skype con Sergio Dalma detenido por la guardia civil y llorando a un lado de la pista. Y otra cosa del verano: ¿Qué va a pasar con los extranjeros? Hablo de los extranjeros de fuera, no los trescientos millones de ingleses, alemanes y rusos que ya viven con nosotros todo el año... Los vamos a echar de menos, si no vienen. Algunos vendrían incluso muertos a ocupar su sitio de otros años en los chiringuitos... Con esos en concreto podríamos hacer un troquelado tamaño natural con su foto del año pasado (esa en la que el guiri le pasaba el brazo por el hombro al dueño y que se quedó pinchada en el corcho de las comandas), ponerlo en el lado bueno la barra y que le pase el brazo por encima al grifo de caña...
-¿¡Pero quién es este!? ¡Qué susto!
-El irlandés de Miraflores, el que cantaba "Vicenteeó" a las cuatro de la mañana el año pasado.
-Coño, no lo había reconocido. Está muy borroso.
-La culpa es al 50% de la foto de mierda que le sacó Pepín y al otro 50% la tajada que llevaba el menda...
-¿Este año no viene?
-Está en una UCI en Dublín. Ha mandado esto para que le guardemos el sitio...
-Venga ya. Ese troquelado lo habéis hecho vosotros...

Porque somos unos sentimentales. Aparte los muertos, aparte la pérdida de empleos, aparte la destrucción del "tejido productivo de toda la economía" y aparte el sufrimiento desolador de los ancianos abandonados y el de los niños proscritos, el cierre de todos los bares ha destrozado el "tejido nervioso de los españoles", por no decir su corazón. Nuestro corazón. Y eso sí que nos ha dejado mal cuerpo y nos ha revuelto por dentro como nunca. Vísceras aparte, también, lo que nos ha destrozado es el alma. Los bares han sido siempre nuestra segunda residencia real, la mayoritaria, por no decir la primera en casos intensos. Nuestro internet, nuestro parlamento, nuestra universidad, nuestra economía y nuestro sexo oral. También nuestro sitio preferido para beber, aunque sea un aspecto secundario. Templos, guarderías, hospitales, moteles, casinos, galerías de tiro, cuarteles de invierno, campamentos de verano, pasarelas de primavera y segundas juventudes. Se podía discutir en casa porque tenías el bar. Podías enfadarte con tu jefe porque tenías el bar. Podía perder tu equipo de fútbol porque tenías el bar. Te podían diagnosticar una enfermedad peligrosa porque tenías el bar. Y sin bares... ¿Quién se atreve ahora a enfermar de coronavirus, si no tienes un bar para que te puteen los amigos, por gilipollas? ¿Quién puede enfrentarse ahora con energía a un tontaina de balcón (en mi calle no, pero las redes están infestadas), si te han quitado el bar en el que comentarlo después? ¿Quién va a arriesgarse a escribir estos días la novela fundamental más hermosa del mundo si sabe que no podrá aturdirse ni alejarse de ella al menos un par de horas en su bar favorito? Encima, la incertidumbre y el inefable mamoneo del gobierno con la fecha de la reapertura de Nuestros Bares está siendo algo así como el silencio hiriente de una novia en la distancia... Y también nos está matando, con lo sentimentales que somos.

Sí, puede que nada vuelva a ser como antes, pero porque detrás de los músicos animados de los balcones y de los que aplauden con ganas, justo a su espalda, las casas se han ido llenando de Kafkas todos estos días... ¿No tenéis esa sensación... mugrienta? Yo sí. Sensación de Kafkas detrás de los aplausos, las músicas. Incluso sensación de Kafkas detrás de las persianas echadas, aunque sea un piso vacío. Paranoias, quizás, mugrientas paranoias, pero de vez en cuando también se les ve en los balcones, en primera línea: son los que aplauden discretito. También creo que son los que más y mejor se lavan las manos. También los que cuentan las veces que la gente baja su perro a la calle. Los que rumian. Los que están repensándolo todo desde otro punto de vista, el país entero... Esa mala gente que camina que decía Machado, ahora detenida, ahora observándote por la tele y por las ventanas más rencorosas de su casa... ¿Y si con la pandemia se estuviera haciendo justicia? ¿Y si realmente merecemos la muerte todos los que somos la bazofia de esta sociedad? Mira tú, en Estados Unidos están muriendo negros mayormente... ¿Pensáis que esa gente que digo volverá a los bares, si es que estuvo alguna vez? ¿Sí? ¿No? Les da igual lo que pensemos porque ya han decidido que nada volverá a ser como antes... Cada día son más y yo cada día soy menos, sobre todo por meterme con el bendito de Kafka. Escribiría las negruras que le cantó el culo, pero lo hizo maravillosamente, a lo mejor en un sótano o detrás de las persianas cerradas de un piso vacío, pero aquí me viene a la cabeza una foto que desmiente su leyenda de supuesto cenizo, aunque sea solo un momento, ese instante feliz en que lo retrató la cámara en una playa junto a su amigo Max Brod que parece que acaban de salir los dos de una cuarentena tal cual, o por lo menos de Praga, que están en Marielyst, al sur de Dinamarca. Qué me gusta poner nombres distantes, por si salimos nosotros también...


¿Dónde está "La Metamorfosis" en esa sonrisa? ¿Dónde "El Proceso"? No se puede "estar en escritor" las veinticuatro horas del día, a no ser que te llames Antonio Gala. A mí me pasa algunas tardes a las ocho, digo lo de "Kafka en la Playa", la sensación "pero qué coño"... También me siento un poquito raro aplaudiéndole a los sanitarios cuando la última vez que estuve en un hospital fue para llevar tebeos.

viernes, 10 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DELAVAPIÉS (28º DÍA DE CUARENTENA)


Ayer vimos la película "Contagio", la de Soderbergh. Fue en la cena, pero como quien se lleva uvas de merienda a la vendimia. Cuando supimos que el foco de la pandemia estaba en Hong Kong y no en Wuhan, nos desentendimos bastante de la trama. Demasiados kilómetros entre Hong Kong, Wuhan  y Lavapiés como para que pudiera afectarnos... Sólo me quedé con algunas frases sueltas del periodista rata que interpreta Jude Law. Más o menos eran así: 

"Hoy la vacuna ha entrado en fase experimental. Mal día para ser un mono Rhesus".

"El gobierno acelerará las pruebas. Esa vacuna quizá cause narcolepsia, autismo o cáncer dentro de diez años. Empezarán a salir efectos secundarios como los títulos de crédito de una película...

Otras cosas buenas que tiene la peli (spoilers) es que Gwyneth Paltrow muere pronto y que los canadienses no les prestan fundas de cadáveres a los gringos hasta ver qué pasa... Creo que el título en español la hace demasiado explícita, "Contagio", y que su título en inglés es mucho mejor, porque parece latín y es más exagerado, "Contagion", con lo que te esperas más muertos y más espectáculo. De todas maneras, la película buena de infecciones y contagios es "Estallido" (Dustin Hoffman corriendo detrás de un mono, cuando debería haber sido Johnny Deep, que está más acostumbrado), y la mejor de todas "Fallen", con Denzel Washington (sin síntomas) y John Goodman (Juan Buenhombre; si fuera John Goodmen sería Juan Buenagente) donde lo que se contagia es un demonio al mínimo roce, como si saludaras a La Veneno.

Hay una frase por ahí de Terry Pratchett ideal para estos días de cuarentena. Más o menos: "Las mascotas son de mucha ayuda en tiempos de estrés, pero en tiempos de hambruna mucho más". Y hay una maldición china que jode al que la recibe con un "ojalá vivas tiempos interesantes". Si me asomo ahora a la calle y veo a alguien con su perro de la correa pensaré que ha bajado a desalar el botillo.

No, no estamos esperando a que Antonio López acabe el cuadro del fin del confinamiento. Estamos en un silencio de Jesús Quintero sin los Pink Floyd de fondo. Un silencio de tonto queriendo parecer interesante porque salva vidas quedándose callado... ¿De verdad? Salvar vidas es mi amigo Josito a mascarilla quitada pegando berridos de celador por los pasillos del Ramón y Cajal. Eso tampoco salió en la película "Contagio".

Dicen que la música está ayudando mucho a la gente a sobrellevar la cuarentena. ¿La que oyes o la que tocas? ¿La que oyes voluntariamente o la que te obligan? ¿La que tocas sabiendo o la que tocas sin tener ni puñetera idea? Ahora que lo ofrecen todo a domicilio (su gran NICHO de mercado), no tardarán en meternos en el buzón ofertas de "Comas Inducidos". Se lo llevará MUERTO la empresa que subraye bien que la primera ventaja de un coma inducido es que te quedas sordo.

Sin olfato y sin gusto ya te deja el coronavirus.

Con lo cual, yo he tenido jefes con coronavirus sin saberlo desde que empecé a trabajar en la tele, a principios de los 90. Incluso podría localizar al Jefe Cero en la 1 de Televisión Española. El Paciente Cero con todos los síntomas y yo trabajando de negro para un dibujo animado como un asesor de la Díaz Ayuso en la sombra. Si hubiera sido en la televisión valenciana ya tendríamos un murciélago, o un cerdo en Telecinco, pero no: era una coneja. La de gags que me rechazaron por no tener olfato ni gusto, digo ellos, que yo casi siempre me olía los que me iban a echar para atrás... Con los que me aceptaban pagaba el alquiler y algunas cosas más, así que tampoco me quejo demasiado de aquella cepa ni de sus ramificaciones arborescentes hasta nuestros días. Siguen teniendo el mismo olfato y el mismo gusto que entonces, pero lo disimulan con dinero y la cara tostada. Con pasta puedes ofrecer un ladrillo untado en manteca de culebra y colocarlo en prime time si parece que te has lavado la cara en una freidora. No sé qué relaciones extrañas hace la gente, pero ve esas mierdas. Cuando vuelva todo a la normalidad no podrán enseñar esos morenos a no ser que reconozcan que han estado confinados en un yate o en un campo de golf, bronceados ambos que repelerían audiencias masivas ahora que todos somos hijos solidarios del mismo balcón corrido en que se ha convertido España, esa gran cuota de pantalla. Para no enemistarse con los que no hemos pasado el confinamiento en un chalet de Marbella, tendrían que a disimular de nuevo pero al revés y volverse pálidos de pedir, lo que viene siendo un payaso Cara Blanca. Los veremos pronto, aunque nunca te reconozcan que para tapar sus caras de freidora han tenido que usar blanqueadores anales. Sólo hay que fijarse en la evolución de la cara de Trump estos días, aunque puede que sólo sea por las malas noticias que recibe de su desagradecido país, muriéndose como loco por las esquinas en lugar de hacerle ganar millones de dólares a sus empresas. También a las de Trump.

Llueve ahí fuera. Ese otro mundo. Es buena la lluvia en días de cuarentena. O ver manadas de lobos en la calle, también estupendos para el ánimo de los condenados a un arresto domiciliario. Es sabido que lo que más deprime a un confinado es un repugnante día precioso de sol.

TRAS LA REUNIÓN DE AYER, LOS HOLANDESES DECEPCIONAN A LOS FASCISTAS ESPAÑOLES


jueves, 9 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (27º DÍA CUARENTENA)


El cese del confinamiento ya me está pareciendo un cuadro que le hubieran encargado a Antonio López, así que prefiero cambiar de tema.

Si Jesucristo hubiera sido un cangrejo, lo habrían crucificado en un asterisco. Y hoy, concretamente, lo habrían crucificado veinte veces: por ir por la calle sin perro y por llevar la mascarilla en los huevos.

Cuando pienso que los fachas de este bendito país de mierda adoran su figura me pregunto por el momento en que empezó a joderse el mensaje, Zavalita, si cuando demostró que tenía superpoderes o cuando dijo que bastaba con arrepentirse de boquilla delante de un cura para ganarse el cielo. Porque con la pobreza no se ganó a los pobres ni por asomo. Ahí están hoy todos los fachas pasando el mal trago de un Jueves Santo sin sangre y echando de menos crucificar al pobre superhéroe como Dios manda.

En Cataluña, el fatídico bedel amargado que tienen por presidente está vigilando con lupa a los militares que ha mandado el "gobierno español" para desinfectar hospitales, residencias de ancianos y estaciones de tren. Los vigila con lupa y con micrófonos por si dicen alguna palabra en castellano y tener un motivo de peso para expulsarlos muy ofendido. ¿La estupidez puede empañar unas gafas?

Ayer trajo A. dos mascarillas de la farmacia de la calle Argumosa. Llamaron para avisar de que ya habían llegado. En el plástico que las recubría sólo se veían ideogramas chinos, ¿la marca? XiangZhiEr  y algunos números en español...

Los trajeados líderes de la ultraderecha y los de la derechaultra están intentando hacer cábalas con las cifras de la pandemia que proporciona el gobierno. A falta de un recuento más eficaz de datos, los muertos oficiales les están estropeando el sudoku. Ellos quieren más. O colocados donde les conviene. No les gusta el reparto. Ni el guión. El presidente escribe mal. El presidente improvisa. La coalición de izquierdas no previno absolutamente nada analizando las cifras falsas que proporcionó el gobierno chino acerca de Wuham y cada decisión que toman ahora es letal para los españoles... No ha sido suficiente el terremoto. Al gobierno le siguen moviendo la silla y ni siquiera esconden sus puercas manos.

Alguien bromeaba en Twitter que de tanto lavarse las manos le había aparecido en el dorso de la izquierda un sello de discoteca del año 2004.

¿Son cosas mías o el ritmo de vídeos y chistes en wasap va decreciendo? No puede ser sano recibir como buena noticia la cifra de seiscientos muertos diarios, aunque sean menos que los de ayer... Qué bonito haber muerto en un día de récord y qué putada haber muerto en un día de bajada, como un traidor...

Hoy me chuparé un momento el dedo índice durante los aplausos para comprobar la dirección del viento. Si estamos aplaudiendo estoicos, si estamos aplaudiendo cínicos, si estamos aplaudiendo desesperados...

A estas alturas y con los ministros hablando del final de la cuarentena en términos de escalamientos y desescalamientos como si fueran sinónimos, la lucha de clases será por ser el primero en tomarse una cerveza en una terraza. Unos esperan a la vacuna, otros esperan a Bakunin, pero nadie hace nada mientras tanto porque "no hacer nada" salva vidas. Por supuesto, no hacer nada como con los casi cinco mil abuelos muertos en las Residencias de Mayores de la Comunidad de Madrid porque nadie hizo nada salvo privatizarlas en su momento y repartirse el botín...

Las impresión de las mascarillas chinas de ayer fue más fuerte que ver la Gran Vía sin gente en la tele, de modo que hoy aplaudiré, pero también me chuparé el dedo, a ver qué pasa...

*****
20:04 - Vengo de aplaudir. Momento de pánico tras los primeros segundos. El vecino del "¡Vamos!" ha aparecido en su balcón, pero aplaude distinto. ¿Seguro? ¡Está lloviendo! ¡No aplaude distinto! Sigue sin gritar "¡Vamos!". Otros días ya lo habría hecho. Espera, espera... Angustia. Putos fachas. Nos están desmoralizando. Más angustia. Aplaudo codo con codo con A., asomados a duras penas a la ventana. Me chupo el dedo un segundo, disimuladamente. Cuando lo saco fuera, tiro una figurita de metal del poyete. El vecino sigue callado. Aplaude, pero callado. Joder, joder... Arranca de repente a sonar la tambora de todas las tardes, calculo que en la desembocadura de Doctor Piga, hoy también un poco "tarde"... El vecino por fin hace bocina con sus manos, estira el cuello y le grita al cielo su "¡Vamooos!" de siempre... Exactamente el de siempre... A. me dice sonriendo que mañana le acompaña ella... Y todo está bien...  Sin novedad por Lavapiés, mi general. Aguantamos todos. ¿De qué general estás hablando? Yo qué sé. De pronto estoy contento.

miércoles, 8 de abril de 2020

ESTÁ TODO MANGA POR OHMBRO


Entre las "cervezas" de Patricio Pron y las cervezas de "baril" de Sciammarella, creo que tengo una fijación...

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (26º DÍA DE CUARENTENA)


Con el virus está pasando como con el tráfico: hay una lista especial para los muertos del fin de semana. Su notificación de ayer fue la que jodió el optimismo de la curva. En ese mismo contexto de tráfico, hoy es la Operación Salida para millones de cajeras y cajeros de supermercado, benditos todos, que se cogerán las fiestas de Semana Santa probablemente a partir del mediodía. Los helicópteros de la guardia civil los sobrevolarán sin descanso hasta ver cómo se meten en sus pisos compartidos de cuarenta metros cuadrados con sus balones de playa, sus flotadores de patito y sus sandías.

Trump ya está acusando a la OMS (Olas Muy Salvajes) de tergiversar sus miles de muertos en favor de China. No tardará en acusarnos a los españoles de morirnos poco.

Con la muerte de Radomir Antic, ex entrenador del Atlético de Madrid, me vinieron ayer a la cabeza todas las polillas que aparecieron por Madrid durante la celebración de su mítico doblete. El Atlético había ganado la Liga y la Copa, y la sufrida afición sacó de inmediato todas sus banderas para festejarlo: ergo plaga de entusiastas polillas después de tanto tiempo encerradas. También recordé a Pantic, otro yugoslavo señero. Danilo Pantic, hoy en día "solo" serbio. Tiraba las faltas con estudios de balística y teniendo muy en cuenta el efecto, pero no el efecto habitual, sino el Efecto Coriolis... A los porteros los volvía locos, claro. Todo esto por la muerte de Antic, entre la pancreatitis y el coronavirus, y su repercusión en los medios. También ha muerto por coronavirus la madre de Pep Guardiola... Y hace unos días el ex presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz... Pareciera que el virus está haciendo estragos en el mundo del fútbol y no creo que sea así: es que somos gilipollas.

A las doce, como viene siendo costumbre, habrá más muertos en la radio que novelas en la lumbre. ¿Qué hacías leyendo el articulo de Patricio Pron? ¿Por qué no escribiste nada ayer? Porque estuve atareado con el Beni de Cádiz: "En la Venta de Vargas / están poniendo de tapa / suspiros de ventera / y hojitas de albahaca"... Y otras cosas del flamenco: "Escuche usted, moza buena / no gaste usted fantasía / que el carro de la basura / también lleva campanillas"... Tendría que tocar muy bien la guitarra española para escribir todo esto correctamente, así que me callo.

DE UN ARTÍCULO DE PATRICIO PRON...


Juro que leí: Son tiempos singulares (sin coma) en los que uno se ve tentado a recurrir a la experiencia de otros a falta de CERVEZAS.

lunes, 6 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (24º DÍA DE CUARENTENA)


La peste siempre ha sido un buen caldo de cultivo para los fanatismos religiosos. En la pila de agua bendita de las iglesias -no se negará su condición de buen caldo de cultivo- se han sacramentado y multiplicado enfermedades de todo tipo, tanto por contagio físico como por contagio espiritual. Las liendres invisibles de Dios han aprovechado así para cursar con sintomatología muy diversa y entretenida, y no han sido poco comunes en los creyentes los delirios metafísicos, las fiebres de trascendencia y los sarpullidos de arrepentimiento, manifestaciones corporales y anímicas que los han abocado a los primeros auxilios de un confesionario y derivado a especialistas juramentados con bata-sotana que han aprovechado para recetarles soto soborno las medicinas nefandas con las que los Vaticanos de turno se han hecho y seguirán haciéndose cada vez más ricos y poderosos. El cura, el especialista juramentado, recibe a cambio una minucia de viaje a todo plan con su monaguillo favorito a Roma, por ejemplo (con excursiones pederastas, digo pedestres, y pulseritas de todo incluido, hasta las vaselinas de importación), y el altar mayor de su iglesia recibe otro sagrario de oro, éste más gordo y con pedrería en las tejas de la caseta del perro. Así que en tiempos del Coronavirus y en temporada alta de milagros, como lo es la Semana Santa para los cristianos, mucho más y mejor incluso saltándose el rito contaminante del agua bendita... La prohibición de que los charlatanes orlados y los vendedores de humo profesionales salgan a las calles a pastorear ilusos no les ha impedido hacerlo desde los balcones o en streaming atrincherados tras sus altares monitorizados y con una wifi todopoderosa, como Dios manda, para paliar las bancadas vacías por ley. No sé cuantos miles de multas llevan ya puestas por Andalucía, que es a lo que quería referirme todo el rato... Incluso los han pescado celebrando misas clandestinas dentro de alguna iglesia. Lo de "pescar" va con intención, por si alguno se identifica, peces mediante, con los símbolos de San Pedro y San Pablo y los grafittis originarios de las catacumbas. A este tenor, los Borrachos, la otra secta con lugares sagrados de culto como los Cristianos, también han sido "sorprendidos" practicando sus rituales en sus catacumbas particulares con tragaperras y licores contra la "Ley Seca" y la suspensión de la "Libertad de Reunión". Pongo lo de "sorprendidos" entre comillas porque los chavales solían tener la música a todo trapo y porque la contraseña para acceder a la liturgia de su interior era más propia de una viñeta de Astérix y Obélix o de Mortadelo y Filemón que de una organización seria.

Con todo, yo estoy con Astérix, Obélix, Mortadelo y Filemón.

Y más hoy. A pesar de la crónica de la muerte anunciada de Jesucristo esta semana, que ya es un desahucio que se repite año tras año, el COVID 19 retrocede con datos en España. También en Italia. Falta mucho para arrojarlo fuera del todo, pero el camino elegido es el correcto, esa pelea que mantenemos casi en paralelo italianos y españoles... Los miles de muertos que dejaremos en los arcenes quizá ayuden a que otros países se orienten correctamente en lugar de mirarnos con asco por encima del hombro.

Una de las tareas que hay que plantearse de cara al fin de la cuarentena y a su escalonamiento es qué hacer con los contagiados asintomáticos, los "washington" que decía Javi. Ahora mismo, y con caritas de estar más sanos que una pera, pueden contagiarte el coronavirus sin ellos saberlo con solo preguntarte la hora... Y parece que se van a necesitar millones de tests para que el Carita de Pera que te pregunta la hora sepa que está contagiado y que, hasta que no expulse naturalmente su carga vírica, es una jodida y sonriente bomba andante. Eso sólo para identificarle... Ahora la disyuntiva que sobreviene con Carita de Pera es una cuestión de ética política (?) y de talante democrático: ¿a Carita de Pera se le obliga a confinarse los días que haga falta hasta que se le gaste el bicho en algún polideportivo o en algún hotel de parte del gobierno, o dejamos que el confinamiento sea opcional, esto es, a su libre albedrío, y que él solito se confine voluntariamente en su casa o donde él diga sin mayores vigilancias ni coacciones, hasta que le desaparezca la carga vírica igualmente? ¿Y si no le da la gana al Carita de Pera? ¿Y si promete salir lo menos posible, porque otra prórroga de cuarentena, ahora doblemente estricta y vigilada, no le viene demasiado bien a estas alturas del año? Me da pena ese chaval y el dilema al que se va a enfrentar. Más que nada, porque Carita de Pera puedo ser yo perfectamente. O tú, que me estás leyendo...

Voy a abrirme una cerveza. No quiero aplaudir en el balcón con Carita de Pera... Angustiado.


LA ESTREMECEDORA POSIBILIDAD DE UNA MUTACIÓN AÚN MÁS DAÑINA DEL CORONAVIRUS


Humor infantil, sí, ¿qué pasa?

domingo, 5 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (23º DÍA DE LA CUARENTENA)


Históricamente, lo más entusiasta que ha hecho Lavapiés desde sus balcones ha sido echarle aceite hirviendo a los franceses y mamelucos que nos estaban invadiendo con mentiras y argucias diplomáticas de parte de Napoleón. No fue un arma decisiva, pero sí escaldó consciencias en un lenguaje que todos podían entender... Cuando acabe esta invasión de los minicuerpos (invasión al fin y al cabo, y con malas coronas también de por medio), propongo un desfile a caballo de todo el personal sanitario de Madrid por la calle Argumosa; desde los balcones los rociaremos debidamente con spray de gintonics fresquitos a ritmo de algún chotis y les soltaremos aguerridos piropos retrecheros con las venas del cuello hinchadas como rabos de lagarto, que a mí los aplausos ya me están sabiendo a poco... Definitivamente, esos chavales y chavalas están aplanando la curva a costa de su propia salud.

La nueva prórroga, y el aviso ominoso de otras que vendrán, hace que el futuro se difumine como el horizonte en un cuadro de Turner. A ese lienzo inglés le pegas un chifarrazo de gel desinfectante y te queda en presente español chorreado. Presente de indicativo de manchurrón estupefacto, blanqueado e impresentable, de puro lloroso. Por intentar "verbalizar" la sensación. Porque el Horizonte de Ultimidades de los estructuralistas no parece muy buena perspectiva para ilusionarse con el final del confinamiento. Habrá que darle un halo de poesía a todo, un barniz, o nos va a entrar la melancolía... Hablando de barnices poéticos y de disolventes, ya puestos, los místicos no sólo lograron salir de sus casas, sino que también salieron de sí mismos, ya puestos también, y lo hicieron a base de éxtasis, que etimológicamente les venía que ni al pelo, como a los mamelucos nuestro aceite hirviendo, y que creo que muchos están usando hoy en día con el mismo criterio de transporte fuera de sí y de las cuatro paredes de su casa en la noche oscura del alma, que es cuando quitarle el sonido por fin a la tele de pago equivale al silencio de Dios.

Hemos entrado en bucle. ¿San Juan, Santa Teresa, Santa Teresa, San Juan..? No. Hemos entrado en bucle porque hoy volveremos a comer filetes rusos. Habría sido estupendo meter aquí algún San Jacobo, pero está muy feo mentir en los diarios, aunque LA RAZÓN y el ABC lo hagan todos los días, o sea, también a diario.

DOMINGO DE RAMOS 2020




Jesucristo es recibido con palmas.


Jerusalén estalla de alegría.


Y todo el mundo se echa a la calle para celebrarlo.

sábado, 4 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (22º DÍA DE CUARENTENA)


Prorrogan la cuarentena otros quince días más. Al protagonista de "El Proceso" le daban mas esperanzas, aunque imagino que a Kafka esta decisión del gobierno le habría parecido una vuelta más en los coches de choque. Un cascabelillo, el checo.

Un día ideal para el hedonismo, el sábado. Lástima que sea de Dolores. Como el siete de Julio en los San Fermines, el Sábado de Dolores debería ser la Fiesta Grande de los anestesistas. Buena especialidad médica, aunque la que está destacando por su labor en esta pandemia parece que son los "intensivistas". Yo tengo algunos amigos así, intensivistas, sobre todo a partir de alguna copa de más.

Quince días más en la cara oculta de la luna, pero por fin menos muertos en las cifras después de siete días macabros. ¿Nadie se lo dijo a Aute? La noticia me ha llegado por wasap esta mañana. Esas cosas no se cuentan por wasap, joder... Pobre tío. Cuando salió del último estacazo hospitalario su familia contó que había quedado muy tocado físicamente, pero que parecía feliz. Sonriente, ajeno y feliz. Espero que no se haya dado cuenta del... tránsito. O si lo ha hecho, que haya sido indoloro, instantáneo... Cómo me acuerdo de la entrevista que le hicimos en su casa hace cuatro años para el documental de Manolo Tena... Amable, divertido, lúcido, educadísimo, siempre con su cigarrillo cerca, sentado en un taburete en su estudio de pintor... Me fascinó. Normal que me dejara olvidada mi libreta de apuntes... Quedó todo grabado, claro, pero mi libreta prefirió pasar la noche en esa habitación mágica llena de pinturas, pinceles, bocetos, bastidores, esculturas y cuadros sin terminar... Fui a recuperarla a la mañana siguiente a su caserón en Madrid, por Fuente del Berro. Ya le habían avisado de la productora y salió a dármela con una sonrisa apurada en la puerta. Por ese tiempo yo gastaba una libreta negra y gorda como ella sola, sucia, estropeada, llena de pintarrajos y dibujos por todas partes... Sé que no la había abierto para curiosear y sé que tenía la sonrisa apurada por si yo pensaba que lo había hecho... Si me hubiera importado, habría sido por vergüenza, no por otra cosa... En el montaje del documental, Aute apenas si sale unos segundos, pero el equipo y yo fuimos felices durante las tres o cuatro horas de grabación escuchándole hablar de música, de arte y de poesía sin darse la menor importancia, con una sabiduría suave de catedrático en mangas de camisa. Por supuesto que podíamos fumar allí dentro. Faltaría más, nos dijo. Pero sólo fumé yo, cómplice, feliz como digo, y creo que también fumó mi libreta, ella con sus propios planes.

El tarado de Salvini quiere volver a abrir las iglesias en Italia esta Semana Santa y lo ha dicho públicamente. ¿Eso no viene a ser como la preparación de un atentado? ¿Un atentado terrorista en grado de tentativa? La policía debería intervenir. No veo diferencia entre lo de Salvini y lo de pillar a un tipo en su casa ajustando los fulminantes al detonador de un artefacto casero: los dos quieren matar a un montón de gente. La excusa que tenga cada uno me la trae al pairo. Cárcel para los dos.

Fieles aplausos en los balcones a las ocho. Creo que con el tiempo vamos a echar de menos el grito de "¡Vamos!" del vecino de enfrente, a la izquierda, arriba en el balcón final de su bloque. ¿En serio? Sí, lo echaré de menos. Ese tío grita "vamos" de verdad. Cuando pase esto, si me lo encuentro en la calle, puede que él no me reconozca, pero yo a él sí. Y estaré tentado de darle un abrazo también de verdad.

Lo más probable es que yo supere la tentación y que él se sonroje si algún otro vecino le recuerda el mítico "vamos" desde su casa, el que esperamos todas las tardes: "Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas", el único refrán que han inventado los norteamericanos, esos pobres capullos que a estas horas están cayendo como chinches y que han declarado como actividad esencial, ESENCIAL, que las armerías sigan abiertas durante el confinamiento.

Como las farmacias.

"Lo comido por lo servido", un refrán español.

TRAS UN AÑO DE SILENCIO, DOS CRÍTICAS RECIENTES A "HOLA, MELÓN"


LOS DIABLOS AZULES

El paraíso en Lavapiés

  • En tiempos inquietantes resulta bien oportuno meterse en una fábula inventiva que trae algo de fiesta y de esperanza, como Hola, Melón
  • No sigue Cristóbal Ruiz un realismo fotográfico sino que su transcripción de la realidad tiene trazos deformantes, algo quevedescos, algo valleinclanianos

Publicada el 03/04/2020 a las 06:00Actualizada el 02/04/2020 a las 19:05
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Tercer viernes de confinamiento por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Para que no flaqueen las fuerzas, los colaboradores de Los diablos azules vuelven a proponer 

Tercer viernes de confinamiento por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Para que no flaqueen las fuerzas, los colaboradores de Los diablos azules vuelven a proponer lecturas que sirvan de compañía durante la cuarentena. Aquí puedes leer todas las recomendaciones de este número y aquí, los contenidos de números anteriores. 
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Llevaba tiempo pensando en comentar una de las novelas más frescas y creativas entre mis lecturas del año pasado, Hola, Melón (El grifo del Rompeolas), del malagueño afincado en Madrid Cristóbal Ruiz. Estos días graves y raros que vivimos me impulsan a cumplir el retardado propósito porque en tiempos inquietantes resulta bien oportuno meterse en una fábula inventiva que trae algo de fiesta y de esperanza y elude el dramatismo dostoiveskiano y la trompetería apocalíptica.
No distorsionaría mucho la trama argumental de Hola, Melón (editorial EDA) si definiera su historia como un relato galdosiano aderezado con imaginería de Macondo y trazas de fanta ficción. O, si se quiere, emplazable entre El Señor de los Anillos y La verbena de la Paloma, como dice la cubierta. Cristóbal Ruiz enfoca el objetivo de su cámara en el barrio de Lavapiés. La cámara saltea con ritmo narrativo rápido instantáneas de la diversidad social de ese escenario madrileño: amplio censo de oficios menestrales, representantes de su paradigmática condición multicultural y multirracial, parados, okupas, yonquis, emigrantes de diversos países, grupos mafiosos, traficantes de drogas, niños pijos, policía que patrulla desde el aire con un espectral helicóptero… La película colectiva recoge también datos testimoniales: la corrupción política, la especulación, diversas instituciones, la actividad comercial, los medios de comunicación locales (un periódico ácrata y una emisora de radio subversiva a bordo de un coche)…
Todo ello se emplaza en un escenario de minutísima exactitud costumbrista, con detalles ciertos en los nombres abundantes del callejero real y de comercios reales. El efecto inevitable es un puzle urbano por donde discurren vidas azacanadas, menesterosas o abandonadas que llevan consigo temores, precariedades, rebeldía e ilusiones. Pero no es una historia inconexa de estampas sueltas sino que el autor las organiza en torno a unos pocos ejes vertebradores. Uno es un niño huérfano de terrible infancia ("mis padres me abandonaron en un contenedor de basura nada más nacer") y abrupto despertar a la vida ("El primer regalo de Reyes que pedí fue un gintónic"), apodado Melón, que mantiene una emocionante relación epistolar con un soldado español destinado en los Balcanes. Otro es la anunciada manifestación de protesta por la muerte del portero de una discoteca, emigrante cubano. Y uno tercero, tan importante que ocupa la ilustración de la cubierta del libro, el grifo del Rompeolas mencionado en el subtítulo. Se trata de un bar que sirve de lugar de encuentro a los personajes (con una función parecida a la del café de doña Rosa en La colmena de Cela) y en cuyo mostrador se alza como un icono el águila del grifo de cerveza de un metro largo de alto.
Hola, Melón contiene un retrato dinámico de Lavapiés. Las vidas de sus habitantes se entrecruzan. Los personajes arrastran las inquietudes y problemas del vivir cotidiano. Sus acciones tienen un cariz fuertemente individual. Pero, a la vez, sirven de soporte a un retrato colectivo de carácter testimonial. Las penalidades del conjunto social alcanzan una gran fuerza. La novela en su conjunto tiene casi el aspecto de un reportaje periodístico de actualidad. Ahí están los resultados de la crisis financiera de 2008 en forma de privaciones materiales, en un precariado angustiante o en el problema de la vivienda. También queda constancia de otros rasgos sociales que afectan a la ética, como la discriminación racial o el menosprecio de los indigentes. Algún dato apunta con tono de denuncia a la ideología: las amenazas de la derecha municipal de suspender el periódico local por sus informaciones críticas.
Pero no sigue Cristóbal Ruiz un realismo fotográfico sino que su transcripción de la realidad tiene trazos deformantes, algo quevedescos, algo valleinclanianos y un tanto salidos del sueño y la duermevela. Y, sobre todo, toda la rica materia humana y anecdótica está filtrada por el humor. Algunos personajes resultan a propósito un tanto estrambóticos. Y algunas situaciones, cercanas al esperpento. Lavapiés se refleja en los espejos del Callejón del Gato. Las hipérboles toman el relevo a los hechos comunes. La historia novelesca global constituye una juguetona distorsión hiperbólica de la realidad corriente.
Todo ello le da a Hola, Melón una impronta creativa muy fuerte. El autor apuesta a fondo por el juego de la invención, pero no solo en el anecdotario. También lo hace en el lenguaje, de una extraordinaria riqueza coloquial y de una sintaxis sin rigideces académicas para buscar un máximo de expresividad que revelan infrecuentes cualidades de auténtico creador verbal.
En la nota preliminar de la novela Cristóbal Ruiz califica Lavapiés de "poderoso barrio embrujado". Existe sin duda una identificación vital, emocional, entre el autor y el escenario de su enloquecida y simpática obra. Ello resulta, a la postre, definitivo para calibrar su sentido. Se encuentran en Lavapiés violencias, dolores y miserias. Remite la novela, en alguna medida, al Madrid de La lucha por la vida. Pero al contrario que en el fresco barojiano, en Hola, Melón también hay alegría y toda su historia está impregnada de un radical vitalismo. No es Lavapiés una plaza fuerte de la dolorosa miseria contemporánea. Se nos muestra, en realidad, con la imagen poderosa de un reducto de libertad. Algo cercano al paraíso. Este canto a la libertad no supone evasión. Al revés, implica contribuir con un talante libertario a la protesta contra el mundo gris, opresivo y desigual que ha generado la sociedad actual.
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Santos Sanz Villanueva es crítico literario y catedrático de Literatura española de la Universidad Complutense de Madrid.




Cristóbal Ruiz. EDA, Benalmádena, 2019.
Hola, Melón (El grifo del Rompeolas)
Por Albert Torés


A estas alturas sería un caso preocupante aunque no tan raro, si la crítica no hubiese reparado todavía en la singular escritura de Cristóbal Ruiz. Indiscutible renovador de un estilo surrealista y pícaro absolutamente necesario en nuestro panorama literario nos entrega una novela plena de aciertos y que cumple con la función básica de la narrativa. Una novela sabiamente dislocada que bebe de nuestra tradición novelística más castiza. De personajes excepcionales, originales y mordaces que retratan las miserias y grandezas de la naturaleza humana con la presencia recurrente del barrio de Lavapiés. Un crisol emocional repleto de polifonías recurrentes.

EL LINDO PIAR DEL SER HUMANO CONFINADO EN SU JAULA DE ORO


¿De verdad que no escucháis su agradable canto horrísono? Yo sí.
Otro día hago el gif con el logo de Wasap, que tanto monta...

viernes, 3 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (21º DÍA DE CUARENTENA)


La bonanza climatológica acompaña para iniciar las vacaciones de Semana Santa más recogidas de nuestra historia, concretamente en un clínex arrugado. Hay controles policiales y tanquetas del ejército que impiden el acceso a vuestras segundas residencias y tampoco vale que os acordéis de vuestras madres precisamente ahora.

El meme a todas luces sevillano que circula por la red y que dice más o menos así: "Va a tener la cosa tan mala hostia que este año no llueve en Semana Santa".

Al segundo estornudo de Jesucristo en el calvario los romanos saldrían hoy zumbando. Buena oportunidad para cantar saetas del Dúo Dinámico desde los balcones. El Domingo es el día perfecto. Domingo de Ramos. Debería estar todo lleno de palmas.

No sé si Jesucristo resucitará cuando le toque. Puede que lo incineren incluso antes de saber las causas de su muerte. No está el gobierno para desperdiciar un test de coronavirus en un extranjero. Corona llevaba, así que no hay más que hablar.

Y contra la puta versión diabética del I will Survive del Dúo Dinámico, la mierda líquida de "Resistiré" y su expansión pandémica por todas partes, la versión más acorde con estas fechas y con la mala hostia que estoy, que estamos incubando, el RESUCITAO de Los Enemigos en la voz de Josele Santiago...


RESUCITAO

Resucitao
Nunca estaré de vuestro lao
Nací entre ruinas perdido
Aturdido y despistao
Pero después de tantos años
Aguantando destrozao
He resucitao
Nunca estaré de vuestro lao.

Y sin más
Vuelvo del más allá
No me creo nada
No me dé usted la brasa más
Usted bien sabe
Bien sabe usted
Que las llaves
No están donde dice que están

Pues sepa usted
Que yo no estoy dispuesto
Y que si le cuento esto
Es porque está más pringao que yo
Conozco su mierda de gesto
esto ya lo sé esto ya lo vi
Me abro de aquí
Aunque sea con lo puesto

Resucitao
Nunca estaré de vuestro lao
Nací entre ruinas perdido
Aturdido y despistao
Pero después de tantos años
Aguantando destrozao
He resucitao
Nunca estaré de vuestro lao

Y no intentéis buscarme...


Que estés bien de salud al recibo de esta, Josele, y guárdate de tus semejantes, ahí por Guadalajara respirando tomillo y bebiendo buenos vinos, que probablemente no son iguales que los míos, digo los semejantes, aquí por Lavapiés y respirando impotencia.

Hala, a lavarse las manos con jaboncito de olor y mirarse en el espejo con gesto épico.

HASTA QUE EL NARANJITO TARADO DESPIDA A ANTHONY FAUCI...


Anthony Fauci, arriba, el homólogo norteamericano de nuestro Fernando Simón para coordinar la pandemia en EEUU... Con la diferencia de que este hombre da sus ruedas de prensa junto al Agente Naranja Tarado, su jefe directo, y tiene que estar llevándole la contraria continuamente a causa de las sandeces de botarate que suelta el IMBÉCIL también continuamente. Está amenazado por la ultraderecha de ese país y nadie da un centavo por su cabeza, pero ahí sigue Fauci, descendiente de italianos, más apretado que los remaches de un submarino, poniendo profesionalmente los points sobre las íes y sin saltarse la verdad científica por más que los lameculos que le rodean se remuevan inquietos en la tribuna junto a él cada vez que le da una colleja seca y argumentada al zanahorio de los rayos uva más tonto que una berza que tienen por presidente de pago y maniquí balbuceante en el escaparate de súper bobos peligrosos que en el mundo han sido y en Norteamérica más... No creo que permanezca mucho en su puesto, pero por cada día que aguante Fauci pueden ser miles las vidas que salve dentro del desastre de cientos de miles de muertos que se avecina... No quiero frivolizar con esto, pero cabrían las apuestas... Mientras dure el hombrecillo heroico, los norteamericanos tendrán a alguien responsable capeando la tempestad y afrontando las ineptitudes previas del Calabacín Disminuido. Cuando nuestro hombrecillo caiga, comenzarán los tiroteos en las calles. Ojalá me equivoque. 

EL ÚLTIMO DE LA NUEVE, RAFAEL GÓMEZ: UNA CARICATURA ESPLÉNDIDA

"RAFAEL GÓMEZ, LA NUEVE!!!"
De Sciammarella, por supuesto. Gracias, maestro.