lunes, 15 de octubre de 2012

ROMERO RESSENDI Y FAMILIA


Hace tiempo publiqué una entrada sobre el genial pintor sevillano Baldomero Romero Ressendi. Una entrada entusiasta y de rendida admiración, pero que fue malentendida de la peor manera posible. En concreto, por algún belicoso miembro de la familia del artista. La "bola" de malentendidos fue creciendo a lo largo de los meses en sucesivos comentarios a cada cual más sorprendente hasta alcanzar el pasmoso punto novelesco de estos días y que quiero compartir con los asiduos a mis dibujarracos. Porque este blog sirva para algo y para que disfrutemos todos juntos y en compañía de sus inesperados protagonistas. De ahí las aceitunitas de hospitalidad que ofrezco arriba. La pipa de la paz de cualquier malagueño. Hay que remontarse a un lejano y frío mes de octubre de 2010 en el que llamé al artista "maldito cachondo"...

COSAS QUE CAEN


Parece ser que el único record que no batió el austriaco amigo de la gravedad fue el de permanencia en caída libre. Pero porque era austriaco, claro. Tú tiras desde esa cápsula a un maestro español y lo tienes en caída libre cuatro años. O un parado de Segovia. O un pensionista con una enfermedad crónica. O un inmigrante al que hayan engañado con la hipoteca. O un estudiante de barrio... Todo para concluir que tiras un banquero y asciende, el tío guarro, de hinchados que están. De orondos. Unos queriendo tocar suelo de una puta vez, y otros queriendo recalificarlo. Es la Democracia la que está cayendo a más de mil por hora sobre las cabezas de los ilusos españoles, como se estudiará en un futuro en los cursos de paleontología política. El Meteorito que provocó la extinción del Estado del Bienestar y la nube radioactiva capitalista que acabó con los Derechos Humanos en el sur de Europa. El de arriba, el interfecto Félix Baumgartner. Un tipo que cae bien. A la fuerza. Tiras desde esa cápsula a Rajoy y el planeta aprovecha para pirarse y dejarlo flotando. Pues más o menos como ahora, y sin demasiadas metáforas. El grimoso y absurdo globo de helio sujeto por un espagueti a la punta de la cruz del Valle de los Caídos y al que la gravedad se la sopla.