EL ESPECTÁCULO DE LOS SUBALTERNOS DEL PP
Cuando la fiesta decae, no es raro que surja un borrachito bien intencionado a contar un chiste malísimo para pinchar los últimos bostezos. O que la más fea quiera jugar al strip póker de repente. O que el más estúpido de todos proponga continuar con la "diversión" en la calle y comerse unos churros y luego apalear a un moro... En el panorama de orejas de lobo en el que está acabando la fiesta fascista del PP también surgen espontáneos con ganas de avivar las brasas de la bilis cansada. Subalternos periféricos intentando hacer méritos ante los exhaustos anfitriones por no haberse comido una mierda (un churro) en el sarao y trayendo su propio moro a la velada para apalearlo delante de los señores del castillo, qué gracia. Eso es lo que ha hecho Luis Salom (arriba), asesor del PP valenciano (subalterno periférico con aspecto de comercial americano de hamburguesas electrónicas), al registrar el nombre de "Guanyem" para apalear a los moros de las iniciativas populares que más les acojonan a sus jefes. Viniendo como viene de nuestra Sicilia Chica, tanto sus maneras como sus twitters son los de un psicópata con Lupara y la Lupara digital, con botoncitos y un gatillo para los hashtag. Cualquier cosa vale para levantarle la moral a sus señores feudales, esos anoréxicos democráticos: lanzamiento de enanos, linchamiento de parados, difamaciones a seres angélicos (Ada Colau) o chantajes puros y duros a plataformas ciudadanas no acostumbradas a los retorcimientos y perversiones de las fiestas cuando decaen en los lupanares más sórdidos de la derecha, regenerándolo todo a su paso hasta el pestuzo.