martes, 3 de enero de 2012

LA RISA DEL BANQUERO (1)

Desde el principio de los tiempos estuvo el aullido de las fieras y el fuego de la tribu marcando el perímetro, el reptar de las alimañas fuera de la cueva y la vigilia del centinela cuidando el sueño de los suyos; desde el principio de los tiempos estuvo el viento que traía el olor de los depredadores y la fila cerrada de los guerreros protegiendo a los débiles, un temblor de hojas en la espesura y la tensión de un arco, una amenaza y una respuesta... Desde el principio de los tiempos nos guardamos de la noche y de sus criaturas. Desde el principio de los tiempos no ha habido otra razón para elegir a nuestros jefes, respetar a nuestros guerreros y descartar la intemperie. Mirad ahora a vuestro alrededor: jefes odiosos, brujos, caníbales, descampados, laberintos, alimañas como mascotas, fuegos enemigos, sacrificio de los débiles ante el más mínimo susurro del viento, el leve crujido de una rama seca al atardecer... Mirad ahora a vuestro alrededor y decidme en qué momento perdimos el honor. En qué momento dejamos de ser hombres y nos dejamos dominar por estos mutantes.