jueves, 13 de marzo de 2014

QUÉ ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON...


La Sociedad de Bingos de Extremadura acaba de elegir nuevo presidente. El anterior estaba gastado como la moneda bucle de unas tragaperras y el Jefe de Sala de los Bingos Mundiales había decidido su relevo por otro apóstol de la suerte en la Tierra. Alguien que fuera menos bicho con los abstemios y demás gente prudente, escépticos en general con las cosas del azar y del destino. Ricardo Blázquez ha sido el elegido. Cómplice a menudo con los apaños y desniveles de ruleta del anterior, ha suscitado, sin embargo, la aprobación del resto de crupieres y archicrupieres de Extremadura en virtud de su talante melifluo con la clientela, pero, sobre todo, por su agradabilísima y atiplada manera de cantar bolas y números sin saltarse en ningún momento el epiteto épico que los acompaña según la tradición bíblica de los bingos de toda la vida: "'¡El 22! Las dos putitas" "¡El Quince! La niña bonita slurp". Con su soniquete celestial de ángel amanerado en la ducha, Ricardo Blázquez no ha tardado en posicionarse a favor de los indigentes (inveterados ludópatas) y manifestar su intención de abrir las puertas de los bingos a todo el que sienta esa irrefrenable pulsión de Más Allá con su dinero. Un nuevo camino se abre, pues, para todos los veteranos asexuales salidos y los hombres nocturnos de esta milenaria Sociedad, liberados por fin del que sólo veía oscuros objetivos politicos de los progresistas cuando los moros se ponían a aporrear las tragaperras que no eran de su Franquicia. Un nuevo camino con este nuevo presidente de la Sociedad de Bingos de Extremadura, Ricardo Blázquez, que afortunadamente comparte blandura facial (circa la boca fofa y ansiosa) con Moncrupier Reig de Bastos y Mariano Barajoy. Qué gran señal para los que sepan entender las señales. Tres melones en línea. El premio especial del amor entre todos los hombres. Qué alegría cuando me dijeron. Una música. Y otra, La Cucaracha.