lunes, 19 de mayo de 2008

EL CIRCO

En el Circo no hay piedad. Todo espectáculo dentro de él está concebido desde la muerte, la dominación y la burla. Todas sus criaturas son seres atrapados, inadaptados y deformes. La nariz roja que se colocan los payasos es a causa del mal olor. Leones y caniches enloquecidos, al mismo nivel. Trapecistas endeudados, contorsionistas reumáticos, malabaristas rencorosos, gerentes expulsados de la empresa privada. Como cooperativa de bufones, como centro psiquiátrico con horario de visitas, como carpa de internamiento, el Circo es, sin la más mínima metáfora, la puta tele.