viernes, 9 de diciembre de 2011

NO ES TOTÓ, ES MEJOR

Se llama Carlo Pisacane, pero me ha costado identificarlo, por torpón y poco cinéfilo que soy. El otro abuelo magnífico del cine italiano, aparte de Totó. Carlo Pisacane, no confundir con el homónimo revolucionario napolitano. Carlo Pisacane. ¿Carlos Pisaperros? Lo había disfrutado ya en escenas hilarantes en La Armada Brancaleone y en Rufufú. Cuando le he visto repetir el papel de Campanile en Rufufú 2, no me he podido resistir a localizarlo y retratarlo. Es la vis cómica personificada. Lo que en nuestro cine supusieron Ciges o Isbert. Ahí arriba está encantado de estar malito en un hospital de Roma. El médico acaba de desahuciarle. Le ha dado un "infarto de barriga" después de pegarse un atracón surrealista en un restaurante: elige los platos frenéticamente de una especie de noria / expositor. Natural esa cara de felicidad. Debajo de la cama tiene una maleta con ochenta millones de liras y se lo está contando a sus compañeros de fechorías, que han ido a verle: Gassman, Manfredi... Oh, mierda, un spoiler... Y un contexto, qué leche. Carlo Pisacane, como los peces que sólo pueden vivir en aguas puras: él en películas de risa. ¿Habrá hecho algún drama? Sólo se explicaría por enajenación del encargado del casting.