martes, 12 de abril de 2011

"EL PAÍS" TE AYUDA EN TU DEPENDENCIA


De pequeño, mis padres asomaban a los vecinos a la puerta del comedor para que vieran a hurtadillas lo que estaba haciendo el niño agrícola prodigio, tan reconcentrado en el sofá, punteando con el dedo los titulares del diario PUEBLO. Luego, de adolescente agrícola a secas (prodigio frustrado) y por probar con más periódicos objetivos, devoré EL CASO, EL SUR, EL IMPARCIAL, EL ALCÁZAR, etc... Despues, con los años, la culturilla, y más por afinidades literarias que ideológicas (la Transición fue una junta de vecinos, como se sabe ahora), fui quedándome con EL PAÍS (el periódico independiente de la mañana, pero ni un minuto más...), aunque siempre probé de otros caldos, por si la libertad no estuviera a nómina únicamente en la misma empresa editorial: EL INDEPENDIENTE, EL SOL, DIARIO 16, EL MUNDO... Descartados EL ABC y LA RAZÓN, por vómitos ilegibles, hoy sólo me queda la alternativa de EL PÚBLICO y DIAGONAL... y sin demasiada fe. Habría que elegir entre la ciber-república y el ataque de los clones de Manu Chao... Porque lo que es EL PAÍS, últimamente está para echarlo a los putos zorros y que ellos se compren la impresora sin cable que intentan venderte siempre. Un periódico que ya no es un periódico sin más. Es la Fundación. La Casa Grande. La Residencia. La Mancheta de Dios. Y no hay sitio donde poner los ojos que no encuentres una prebenda, una incompetencia, un plato del menú del gobierno o un desmán tendencioso de caciques que comparten marca de whisky y el tatuaje invisible del porrazo fantasmal de un gris en un mayo del 68 igualmente paranormal. Ese picor del miembro que falta. Esa heroicidad que falta. Y en lo que respecta a los colaboradores, salvando a Savater, a Soledad Gallego, algún día a Cercas o a Rivas, ya no se publican más que columnas de autoayuda, de ésas en las que el que se autoayuda es el propio colaborador, gente muy independiente completamente dependiente. Columnas supositorio. Columnas consolador. El diario de la señorita Pepys escrito por la propia señorita Pepys para las Pepys del mundo. Loriga y Marías, siempre llorando. Vargas LLosa, siempre pontificando. Almudena Grandes, siempre arremangada en la cocina con su espejo de bruja. Y Maruja Torres, la dicharachera de la pasión libanesa, aplicándole a su prosa el mismo colágeno juvenil con el que ahora está a punto de hacer la primera comunión con brackets... Pero vayamos a los dos casos que me han puesto la bilis fosforescente: Elvira Lindo ayer (arriba, sus ojitos pizpiretos-espero que se reconozcan: feitos con estas manitas-), en el suplemento Domingo, con su demoledor articulillo infantil "No te contesto", (oh, admirable recurso literario) y contestándole efectivamente a cierto niño (al que no "delata", no identifica, con lo cual tampoco informa) que se metió con ella supongo que durante un recreo del mundillo literario-tertuliano de la comunicación varia... ¡Arráncale los ojos en los servicios o contéstale por teléfono, pero no nos llenes la pizarra con tu pataleta para que la veamos todos! ¡En esa pizarra podrías escribir la fórmula de la gravedad y seguro que le sirve a alguien, que estás muy consentida! ¡Al periódico se viene llorada, criatura! Sisisí, Emperatriz... Cagontó. Y el caso es que la mujer no me cae del todo mal, coño. Vayamos al otro caso. Mismo hoy. La opinadora Rosa Montero. Opinadora ella como hay lijadoras y remachadoras en el Leroy Merlín: "¿Tienen opinadoras? ¿Qué marca? Una Lucía Etxebarría, para mi sobrina, la gorda. No me quedan. Las Rosas Monteros están de rebaja. Quite, quite... Que tengo un perro en el campo y me denuncia. Pues Rosa Montero, la opinadora, se descuelga hoy con una columna, "Políticos", que la podría haber escrito una anoréxica aburrida de instituto con la herramienta de ortografía del Word. ¡Un nivel, Maribel! Cito: "Debo confesar que me da cierto sonrojo criticar a los políticos porque es tan fácil como pegar a un niño... // No es de extrañar que, ante estos comportamientos bochornosos, la confianza de los españoles en los políticos esté por los suelos...". ¡Pues para qué estamos escribiendo en una columna con tantos miles de lectores, idiota! ¿Fácil "meterse" con los políticos? ¿Como pegarle a un niño? ¡Te quieres ir a tomar por saco, pija de mierda! ¡Estás para escribir el "Yo acuso" de Zola por la mañana, por la tarde y por la noche, niñata! Por Dios... Y acaba Rosita la columna diciendo algo así como que si los belgas llevan tanto tiempo sin gobierno y no pasa nada, a lo mejor es que los políticos no hacen falta... De acuerdo en que no necesitamos políticos de esta ralea, pero no me pongas de ejemplo a los belgas, por favor... ¡Los belgas pueden llevar sin gobierno lo que les dé la gana porque a un belga le da lo mismo vivir que no vivir! ¿¡Qué tiene que ver un belga con un ser humano, chica!? ¿Los de las normativas comunitarias? ¿Los de echarle azúcar al vino, los de los bares sin fumar, el queso en plástico, el trekking por Las Hurdes y los olivos arrancados...? ¡Anda y que te ondulen con la permanén, europea, carlomagna, opinadora...! ¡¡¡Me cagonomundo...!!! Se acabó "la excelencia" en ese puto periódico. Puedes leer EL PAÍS o hablar de fútbol con un buzón de correos: ganas lo mismo. En comunicación. O en cultura. Otro ejemplo más doloroso, si cabe, es la relajación a la que llegan ya los "asentados", los Ilustrísimos. A ver, que hoy me he encendido mirando las viñetas... ¿Porque te llames Forges te crees con derecho a dibujar así? ¿A descuidar los trazos así? ¿A que se te perdone que no tengas ni puta idea de dibujo, chaval?
¿Eso es un PIS en una pared? ¡Por Dios bendito, con la cantidad de dibujantes y humoristas que se están muriendo de hambre por ahí y tú pintando la mona (mal) en EL PAÍS! El chiste tiene que tener su gracia... Y cuando se llama humor gráfico también tiene que tener su dibujo... Cualquiera de los fanzineros de Lavapiés te lo haría tragar a palo seco, Antoñito. Y sin ser tan monja como tú, Antoñito... A eso es a lo que viene la gente a EL PAÍS: a echar una meadita (mal) y pa' casa.

En otro orden de cosas, Elrich, en la edición digital, tampoco me hace demasiada gracia, pero hoy ha dibujado un bicho para representar la crisis y le ha salido el retratito de McEnroe, ¿que no? Lo ha clavado, el tío. En fin. Pero si puedo hablar así de EL PAÍS, qué no podría aberronchar del papel higiénico de Pedro Jota... Qué mal cuerpo, oye.