miércoles, 28 de julio de 2021

LA EVOLUCIÓN DE UNA CHORRADA TRASCENDENTE: DE 2010 A NUESTROS DÍAS...

 


Hace unos once años se me ocurrió un invento patacientífico antigravitatorio (copiado abajo con el título de "Lowon Oppenheimer") que esta mañana he visto hecho realidad  en un vídeo de youtube (aquí, minuto 9:05, inútil que pinchéis en la imagen de arriba, que solo es un catch). De flipar, claro. La misma idea, pero ilustrada con algo más que un dibujaco de mierda. El GATO-TOSTADA como el motor definitivo y muy bien resuelto. También conocida como la Dínamo Joder Joder Joder. Ya quisiera ver también la TERREVADA  o la NEVAMOTO. Estaremos pendientes. Lo nuestro son las chorradas trascendentes.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LOWON OPPENHEIMER


Todo el mundo sabe que el motor eterno se compone someramente de gato y tostada untada de mantequilla (véase Fig.1), y se basa en el sencillo principio de que un gato lanzado al aire siempre intentará caer de pie (por naturaleza) y de que una tostada lanzada igualmente al aire siempre intentará caer por el lado de la mantequilla (por maldad; véase Principio de Peter). Unidos ambos, a ese vórtice levitante a unos treinta centímetros del suelo se le conoce como la Dinamo Joder Joder Joder. ¿Algún uso práctico? Por supuesto. Basta con meterle luego al gato un cable por el culo y aprovechar la energía cinética resultante (véase Molinos de Viento). Ahora bien, habida cuenta de la reciente sucesión de nevadas y terremotos por el mundo (Cataluña también pertenece al mundo, aunque ellos lo nieguen), esta conocida ley física -principio fundamental de la Dinamo Joder Joder Joder- también es aplicable al dominio de los pueblos y la manipulación de las masas por los políticos. ¿Cómo? Bastaría con provocar artificial y simultáneamente un terremoto y una nevada. ¿Y esto? Cosas peores se han visto en periodo electoral y tampoco han de salvarse de ello científicos comprados, si hasta hay médicos, obispos y jueces que se venden. ¿Una nevada y un terremoto a la vez? Nos explicamos. Si con los terremotos la ciudadanía huye despavorida de sus casas hacia la calle y con las nevadas la ciudadanía huye despavorida de la calle hacia sus casas... ¡Ahí tenemos de nuevo el vórtice levitante! Con el Terrevada o con la Nevamoto (ya se pronunciaría la Academia con sus disquisiciones sobre el género), millones de ciudadanos flotarían literalmente entre sus casas y la calle, estupefactos, confusos, nevados, estremecidos, sin suelo bajo sus pies, desasistidos, influenciables... El estado ideal para que los políticos nos metan un cable por el culo y a ver qué pasa. No sería peor que lo de ahora.