sábado, 29 de julio de 2017

OJITO CON LOS ARQUEÓLOGOS


Siguen. Ha pasado más de una semana y siguen. Pobre arqueólogo. Sin comerlo ni beberlo. Lo único que hizo fue retirar unas flores de la tumba de Franco en el Valle de los Caídos. Una bedel le afeó los modales y lo echaron de allí manu militari. El arqueólogo intentó fundamentar su gesto maleducado amparándose en la ley que impide homenajes y apologías a Franco, pero no le sirvió de nada. Los fascistas tienen su madriguera donde la cruz gorda y hasta esa oscuridad no llega la luz de la letra impresa del BOE... Probablemente lo resarzan de alguna manera después de meses de litigios y debates en el congreso, pero al pobre se le va a quedar el sambenito de arqueólogo para toda la vida. Sí, cuando leí la noticia fresca hace ya sus buenos días, pensé que era relevante lo de ser arqueólogo en el Valle de los Caídos y que te expulsaran por las bravas... Pero luego está claro que no. Que si hubieras sido fontanero no te titulan: "Expulsado un fontanero del Valle de los Caídos". O dentista: "Protésico Dental sacado a leches del Mausoleo Patrio". "Expulsado un aficionado a la papiroflexia". "Expulsado un Capricornio de Tomelloso". Cuando tenga un ratillo me hago arqueólogo, a ver si se me nota tanto por fuera que no pueda apartar unas flores de la tumba de Gargamel sin cantar la gallina con mi profesión. El catch de arriba, aquí.