sábado, 19 de enero de 2013

IGNORANTES, SOBERBIAS Y FANÁTICAS EN POLÍTICA


Comentaba el otro día cuánto me gustó la peli "Game Change". Trata sobre el providencial fracaso de la campaña de McCain contra Obama para las presidenciales de Estados Unidos en el 2008. Ganaron los demócratas por dos razones fundamentales: 1º) El arrollador carisma de Obama. 2º) La presentación de Sarah Palin como vicepresidenta por los republicanos. Mientras en la izquierda de aquí no tengamos un negro de Honolulu elegante y optimista no hay nada que hacer. Lo más parecido fue López Aguilar, que era canario y tocaba la guitarra, pero me parece que lo dejó. Así que deberíamos aprovechar todas las Sarah Palin que intenta colarnos el PP y delatarlas en público. Por tiparracas ignorantes, soberbias y fanáticas capaces de ver Rusia desde Alaska y a las que se les aparece la virgen todas las tardes en las higueras de la calle Serrano sin que nadie les recuerde que este es un país aconfesional en las compras... Pero me da que no. Ni aquí tenemos a un "líder" de derechas con la dignidad de McCain, ni parece que a nadie del lado conservador le avergüence tener en sus filas, y mandando, a todas esas viejas niñatas que rozan el analfabetismo y con las ínfulas planetarias de una madona de Lladró. Manolas de Goya metidas a inaugurar hospitales privados, cerrar ambulatorios de pueblo y alquilar chamizos ilegales a mafias de su bando para que organicen necrofiestas. Hablo de esa reata de cabras del Vermú Party que son de derechas porque ser emperatrices ya no está permitido. Todos sabemos cómo suena el cencerro de cada una cuando aparecen por la loma de alguna portada de periódico. La Cospedal, La Aguirre, La Botella, La Sánchez Camacho, La Barberá, La Báñez... Y Soraya Sáenz de Santamaría de cabra piloto, que parece ser la única que se sacó el carnet de identidad sin copiar. A los americanos les sangraron los oídos con cada mitin de Sarah Palin, que más burra no puede ser. En España a las cabras las hacemos alcaldesas, ministras y presidentas de comunidades autónomas. Cabras tromponas, con barba (Ana y Rita se afeitan a diario una enfrente de la otra, en 3G) y con una conga de pastores pelotas que les ríen las gracias cada vez que meten la pezuña (y la gente muere de infarto por esos pueblos) o se comen una hoja del diccionario. Y así nos va: que los marqueses votan a las marquesas, y los cabrones a lo que digo. La caricatura de Ed Harris de arriba, pedazo de actor, porque está que lo borda en su caracterización de McCain. Qué maravilla en la peli cuando el jefe de campaña (Woody Harrelson) y el propio McCain se dan cuenta de que han metido la pata hasta el fondo con la impresentable de la pija nazi. Como cuando la Aguirre confundió a Saramago con una bailaora, que no deja de tener su gracia. Dicho por una cabra, te partes.