miércoles, 12 de febrero de 2014

LA GUARDIA CIVIL, EL ARSENIO Y LA NOCHE EUROPEA


Rodar de noche es caro. O al menos era mucho más caro en los comienzos del cine. Así que los técnicos se las ingeniaron para ahumar los planos que se rodaban de día haciéndolos pasar por planos nocturnos. Una nocturnidad de pega y de muy bajo presupuesto que nos hizo creer a todos los niños españoles en los años setenta que en Arizona por la noche había siempre una luna llena como un balón de Nivea en plano corto. Y cada arbusto con una sombra centollo que ríete tú de las sombras chinescas que salían en Nosferatu. A esa engañifa se la conoce técnicamente como "noche americana" y es propia de películas de serie B. Y a este tenor, y a lo que vamos, Arsenio Fernández de Mesa, director de la Guardia Civil, inventó hace unos días la "noche europea". Un montaje de vídeo en el que trató de colarnos dos secuencias hiladas. En la primera una alegre conga de inmigrantes llegaba de noche a la playa del Tarajal de Ceuta (noche africana). Y en la segunda, y sin solución de continuidad (en cine, racord al carajo), una horda de furiosos inmigrantes arrojaba piedras contra los esforzados agentes de la benemérita (noche europea). Lo que había sucedido en medio fue una noche toledana, con sus horas de oscuridad, ilegalidad e injusticia (vídeo desaparecido), y unos catorce muertos. De modo que la "noche europea" del director de la Guardia Civil Arsenio Fernández de Mesa lo que quería hacernos creer es que los inmigrantes ya venían furibundos y con saña asesina, que los agentes lo único que hicieron fue defenderse y que la violencia fue proporcionada. Pues no, señor fascista. La violencia la proporcionaron ustedes, y el racord que falta son catorce muertos y esas horas de la noche de las que, me temo, ya han destruido ustedes la grabación de las cámaras de vigilancia donde con toda certeza se les vería disparándole a esta pobre gente en el agua hasta matarlos: con pelotas de goma, gases lacrimógenos y a saber qué otros artilugios fronterizos de los que tan aficionados son en su negociado xenófobo. La "noche europea" como metáfora de los demonios que les esperan a estos chavales desesperados si se les ocurre discutirle a un sicario de la ultraderecha su derecho a compartimentar el mundo, infamarlo con verjas y concertinas asesinas, dividirlo entre ricos y hambrientos, y matar al que se asoma a pedir un bocadillo. Un tiparraco que ya sirvió lacayunamente al PP en el desastre del Prestige en su día y que ahora también está donde le mandan, tapando la nueva marea negra de la manera más ignominiosa y execrable. Tipos como él, con un muro de mierda en la frente, Cristo Rey en la cartera, y la noche europea en el corazón, dando la misma sombra que un centollo. Arsenio. Un puto veneno.