martes, 13 de marzo de 2007

MY NAME IS BUDDY

Recuperemos el Budismo. El Buddy de Ry Cooder y el Buddy de Jack Lemmon y Walter Mattau. Hagamos un mundo de colegas. Colegiémonos todos. Debajo de una higuera. Con barriguitas y nirvanas y psicotrópicos como cabezas de dibujo animado. En estos tiempos de uña quemada, vivamos solidariamente la metáfora de pasarnos el porro y olvidémonos de Hoover, de Aceves, de Aznar, de Zaplana, de Rajoy, de Aguirre, de Bush, de Gala, de las Murallas de Ávila, hasta que se nos pongan los ojos amarillos y los higos a 500 euros el cuarto. Seamos absolutamente fanáticos de la nada y del buddysmo. Todos a la planta de flautas del Corte Inglés.

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (7)



AMANECE VIEJO COMO UN GEMIDO DE ASCENSOR
viejo.
Alguien recoge todas las camas de encima de la mesa.
Las junta en un taco.
Alguien baraja los nortes y reparte.

¿He aplanado el bulto de una mujer dormida?

Me pongo una columna vertebral delgada,
unas manos apagadas,
me adorno una comisura con un cigarrillo y
salgo a la calle a ocurrir.

Este invierno está haciendo un Agosto raro.
Un mes con los calzoncillos de otro.

Un par de monedas encarándose en los bolsillos
y un trozo de carne todavía en el cerebro.

Su segundo nombre era ME ENCANTA VIAJAR
¿Y A TI?
La hice desaparecer cerrando los ojos.

Inacabado, me gozan mujeres acabadas,
pero sólo cuando yo también necesito sus cuerpos.

En otros barrios amanece con toda comodidad
para quien pueda pagarlo, pero aquí no.

Aquí sisean los taxis, los alegres drogadictos y la muerte.
Aquí hay calles en cuesta para el sudor y
miles de heridos con dudas y prisa.

Aquí hace un calor de pueblo con parados.

Me gusta este pánico.

La Barbarie es el sonido de un helicóptero.
También los altavoces municipales que pronostican fiestas.
Los chisporroteos de estática de la alegría blanca.
La partitura urbana de la nada que precede a un día más.
A un hombre que se para de repente y está vacío.

Moriremos un minuto de un año y será un segundo
pero seguimos atándonos los cordones de los zapatos
y casi nadie lleva sombrero.

PATA DE BANCO (7)

He soñado con barcos de secano. Eran barcos de interior, pero en absoluto fluviales. Al despertar he pensado en el Arca de Noé, el barco de interior por antonomasia. ¿Y qué tipo de barco es un arca? Moisés navegó en cesta Nilo abajo (Nilo arriba, según el mapa), pero no por voluntad propia. Un arca no es un barco, dicho por todo el mundo, pero es lo que le encargó Dios a Noé. La cosa iba a flotar por la madera, no por el diseño, y era un arca porque no se trataba de navegar, sino de guardar animales y preservarlos del diluvio. De ahí viene la palabra "astillero": de la que montó el pobre de Noé tratando de hacer un baúl marinero. Las circunstancias apremiaban. ¿A todos? Independientemente de su capacidad hotelera, ¿también subieron al arca los boquerones, las sardinas, las ballenas...? ¿Hubo alguna suerte de parábola en que se les explicó que iba a llover hasta debajo del agua? ¿Quedaron convencidas las gambas? A la Iglesia no le puedes preguntar por esto. Tampoco por la constatada descendencia de Caín o de Set (por fuerza tuvieron que acostarse con su madre, Eva -incesto-, o embarazar a su padre, Adán -otro milagro-). Y en lo que respecta al arzobispo Rouco Varela, en las semillas del melón no hay genética con tal desparpajo.