miércoles, 23 de noviembre de 2016

POBRE DIABLA



Hasta en lo más profundo de mi inquina por el basural de corrupción de este país, hay un punto de lástima por seres tan carentes de escrúpulos, de bondad y de respeto. Un punto de conmiseración casi cristiana: son felices con la mierda como los escarabajos peloteros, pobres bichos, qué existencia más miserable. Y les deseas un campo de concentración para todos ellos o la cárcel, no aplastarlos con la bota. Tampoco que a uno de ellos le dé un infarto y muera sin haber pagado por la porquería que ha esparcido a su alrededor. Descanse en paz Rita Barberá.