domingo, 15 de noviembre de 2015

ESTÁN TODOS VIVOS


Los atentados de antes de ayer en París me han provocado la sensación retroactiva de haber sido feliz en sus calles hoy abrasadas por el dolor. Casi la culpa de haber reído. De haber compartido con los franceses un ratito de patria universal y poesía. Benditos sean. Ahora pienso que quizá nos cruzamos con algún muerto, o con varios. Y no. Están todos vivos. Me cago en Dios. Están todos vivos.