lunes, 9 de julio de 2012

EL MUÑECO DEL VENTRÍLOCUO AZNAR


José Manuel Soria, de cera, cuando no de cemento o de látex, es el tronchante muñeco que usa Aznar para mentir en público y hacerle vudú a los mineros. Su alter ego para el espectáculo. Su vivo rostro de cenizo profesional. El que ha engañado por delegación a los mineros (aunque él encantado de seguir lamiendo el Supremo Culo de la Faes). El que les dice que no hay un duro para cumplir las promesas y luego estuvo y está imputado en un cerro de casos judiciales por corrupción a causa de sus tejemanejes guanches con empresarios y empresas. El jesuita meapilas. Pijo desde que nació multimillonario y casado con una divertida procuradora. El cerumen del partido popular para tapar los desconchones del Santo Aznar. Estoy a punto de vomitar, como lo he estado mientras lo pintaba. Al principio iba a ponerle unos colmillos de jabalí, pero como que no le iban, con esa cara de seminarista ultra. Al muñeco del ventrílocuo Aznar le pega más la cera de muerto y la cara de cilicio (fiesta en la cama mortuoria). La misma cara que te van a partir los mineros, aunque sea en efigie, Soria, tío alegre, torquemoide, mosquita muerta en los dolores... El que le escribió bonitamente a la San Gil en un correo "Arriba España" (que la levante el que la tiró) y luego se fue a Suecia invitado por la mafia del salmón a costa de regalar unos contratillos... Nada, que vomito... Le metes la mano por el culo y el canario dice "Arriba España, amiguitos. No hay un duro para los mineros, que son muy violentos y van muy sucios...". Yatá. Gomité.