jueves, 26 de mayo de 2016

EL PAYASO DE CARA BLANCA, CIUDADANO DE BIEN


Si algo me faltaba para convencerme de la futilidad reaccionaria de Albert Rivera, su viaje a Venezuela me lo ha acabado de confirmar. Una carambola de payaso de cara blanca para atizarle con el chorro del agua al payaso tonto, Pablete, que estaba distraído en un lateral de la pista de al lado. Aplausos y risotadas de los niños de la derecha. Pero el resto de los niños sabemos que el tiparraco ese no es bueno. Que solo se mueve por codicia y que está más falto de una poltrona forrada de billetes que una yonqui de un chute. Y ahí se ha ido la mujer, donde los chándales.