EL PAYASO DE CARA BLANCA, CIUDADANO DE BIEN
Si algo me faltaba para convencerme de la futilidad reaccionaria de Albert Rivera, su viaje a Venezuela me lo ha acabado de confirmar. Una carambola de payaso de cara blanca para atizarle con el chorro del agua al payaso tonto, Pablete, que estaba distraído en un lateral de la pista de al lado. Aplausos y risotadas de los niños de la derecha. Pero el resto de los niños sabemos que el tiparraco ese no es bueno. Que solo se mueve por codicia y que está más falto de una poltrona forrada de billetes que una yonqui de un chute. Y ahí se ha ido la mujer, donde los chándales.
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A estas alturas ya sabemos quienes han puesto ahí a este tipo. Es el idóneo; amor al dinero a toda costa. Con una verborrea capaz de decir en la misma frase una cosa y la contraria. ¿Y quienes van formando el equipo? pues todos esos desaprensivos que han ido de un partido a otro hasta encontrar su acomodo.
ResponderEliminarVerdadero asco esto de los nuevos políticos...vieja casta y ahora, casta nueva.
Buenos días, Lowon.