jueves, 14 de noviembre de 2013

UNA BUENA PELEA DE BAR


Otra vez la vieja Ruy López. Anand con blancas y alfil a b5 en la tercera. La Apertura Española. La venerable asesina, la vieja Ruy López. Un protocolo de asedio que puede convertirse en un asalto fulgurante si las negras se dedican a ramonear en las almenas. O una sentada frente al enroque que puede eternizarse en un sitio prolongado con aburridas hogueras en la noche y peones dados a la molicie en el propio medio juego. Dependía de la variante que eligiera el noruego. Eran las diez y media en el bar. Los cientos de miles de aficionados al ajedrez de Lavapiés habíamos sellado temprano nuestras papelas del paro y drogado a nuestros perros para que nada nos interrumpiera la partida, y ahí estábamos, de nuevo contemplando los preparativos de la vieja apertura del viejo cura, el abate Ruy López. Los botellines permanecían en suspenso esperando la tercera de Carlsen, pero siempre hay alguno que mete la pata. Y opina. Se pone nervioso. Cree que tiene la obligación de anticipar. Como cuando el delantero se dispone a tirar un penalti: "Va por la derecha". "Este lo tira a lo Panenka". Siempre hay alguno. En ajedrez como en todo. "Vamos a la Tchigorin. El que tenga algo en el fuego que vaya a apagarlo", dijo uno que se apoyaba en la tragaperras debajo de la tele, mirando hacia arriba como desde un foso de mecánico. "La Steinitz. Va a jugar la Steinitz, subnormal". Le contestó el del chispacito de chinchón, acodado en la barra. Gilipollas. En el fondo, los que íbamos con Anand queríamos que el niñato se atreviera con una Schliemann. Un golpe sobre el tablero con 3. ... f5, y ahí van mis vikingos. Con dos cojones frente a Sandokan, que también corre por la playa armado hasta los dientes... O quizá la variante del cambio, un homenaje a Lasker, y con un poco de suerte alguna innovación de laboratorio sobre las últimas ideas de Kasparov. O sí -por qué no-, tal vez la contumaz Steinitz que apuntaba el del anís, esa variante siempre cumplidora desde finales del XIX y con más trampas que una película de chinos... De modo que cuando el puto noruego jugó 3. ... Cf6 el bar entero estalló en gritos de indignación y algún que otro insulto en bangli. La Defensa Berlín. La aburrida y ministerial Defensa Berlín. La Berlinesa contra la Española. Horas de inane y circunspecto tedio funcionario si ambos bandos jugaban correctamente. Dos muertos en un vis a vis a través de un cristal esmerilado hasta que a nuestros botellines se le fuera el gas y un manto de tristeza cayera sobre el barrio... "Bueno, hay líneas en la berlinesa que son muy activas", intentó animar alguno cuando Anand jugó la esperable 4.00 y ahí quedaba su melancólico enroque. "Activa tu madre", le contestó el del foso de mecánico. Otro se puso a recitar la sucesión de jugadas hasta la octava, con Rxd8. "Y a dormir. No hay más". Tenía razón, en ese momento, la casi inevitable Cc3 de las blancas y caminito de las tablas. "Carlsen ya jugó contra Cc3 en Wijk ann Zee en el 2009". "¿Y qué hizo?" "Putas tablas, coño". "¿Contra alguien bueno?". "Un tal Stellwagen". "Que lo conocen en su casa". Llegó la jugada novena como había previsto todo el bar... Sabes lo que va a pasar, pero algo te dice que podría no pasar, que es un campeonato del mundo, que está la gente muy jodida para que ahí la cosa también se vaya triste y mecánicamente hacia la muerte... De nuevo el silencio ante la pantalla de la tele. Así moviera su mano, sabríamos que cogería su caballo del flanco de dama o no... ¡Y Anand movió el peón de torre de rey! Movió un pasito su peón hasta h3 y le decía adiós a las tablas del mierda de Stellwagen. ¡Novedad teórica! ¡Aquí estamos, niñato! Todavía cabía un rayito de esperanza. Todavía no habíamos drogado a nuestros perros en vano... Vishy conocía la partida de Holanda y quería pelea... ¿Qué cojones había detrás de la minimalista h3? El que ya se había significado rechazando la tapa de aceitunas dijo que detrás h3 sólo había una jugada de espera y que no nos hiciéramos ilusiones. En qué momento una blasfemia... ¿Anand una jugada de espera? ¿Dónde había estudiado este gilipollas las partidas de Anand? ¿En una máquina de embalar paja? Sin pensárselo un segundo, los dos que lo flanqueban en la barra lo cogieron de los sobacos y lo sacaron en volandas del bar. Evidentemente. Decir que h3 era una jugada de espera y quedar impune... Imbécil. Los hay que se la juegan porque están faltos de cariño y son unos amargados, pero Anand no iba a hacernos eso a la afición. Detrás de h3 tenía que haber algo más... En efecto. Algo maravilloso. El sacrificio del peón de "a" en la 16 con Ce2 que puso al bar a pegar botes de entusiasmo y a gritar "campeones, oe, oe, oe". Un peón de flanco para encerrar al alfil, si el noruego se atrevía a comer, o, en todo caso, para activar los caballos blancos como si les hubieran echado Red Bull en el abrevadero... Tensión en las Gaunas... ¡El niñato traga con Axa2...! Y, chico, ahí entrechocamos el millón de botellines, alguien propuso confeccionar una corona de laurel con hojas de marihuana para nuestro campeón (¿Hay coronas de laurel de marihuana? ¡En este barrio sí, gilipollas), y pudimos asistir durante casi seis horas a la primera buena tunda de hostias del mundial, con sus redes de mate, sus amagos de coronación y sus vaciles entre navajeros... Un espectáculo digno de la ocasión y un gustazo verlo en directo... hasta que llegamos a las tablas con clavos oxidados del ataúd de Drácula en la jugada 64. Tablas sin remedio, pero los dos grandes maestros con los ojos hinchados, como debe de ser. Tablas de libro, aunque el del chispacito de anís, que a esas alturas ya se había bajado la botella entera de chinchón, dijo que se podía intentar algo con los caballos muertos que quedaban a los lados del tablero. Y ahí lo dejamos soplando su aliento contra la pantalla de la tele mientras los demás nos dispersábamos a la espera de la quinta partida, y a ver qué andaban haciendo con su vida esos buenos perros que aguantan nuestra afición chupando algún hueso Staunton de palisandro.