sábado, 30 de septiembre de 2023

CUCA GAMARRA, MUJER LOBA


 Foto en eldiario.es // Autor ALBERTO ORTEGA (Europa Press)

Por fin me he encontrado con la foto que le hace justicia a Cuca Gamarra, el verdadero ser de la portavoz energúmena del Partido Popular en el congreso. Nunca una instantánea como esta y mira que he buscado por internet como un loco. Se ve que la política es más rápida que los obturadores gráficos porque hasta ahora no la habían pillado en toda su esencia. Y estoy hablando en serio. Muy en serio. Sólo pido un poquito de atención. Atención y prevención a partes iguales. No perdáis de vista la foto de arriba, que tiene enorme mérito. Mirad la cara de la mujer. Ese "momentum". En su boca, por no decir fauces, obsérvese la cualidad salvaje y cruel de un animal depredador, una alimaña. Destaca sobre todo por su insólita violencia, desaforada, tan a menudo entre criaturas pacíficas o no explícitamente carnívoras. Es un bicho fuera de contexto, si se me permite decirlo. Una gárgola en un escritorio de madera. Últimamente, la que mejor la imita en la tele es Cristina Gallego, en El Intermedio. La cómica (maravillosa) sabe que en esa boca está la clave de la parodia y consigue la imitación simulando un tic nervioso de psicópata precisamente en la boca y en los dientes. Por ahí han cazado ya esas comisuras y esos labios, afortunadamente, y la gente está prevenida contra sus peligros, creo; al menos los progresistas ya la escuchamos con un palo. Por más que la Gamarra abogada, la ex alcaldesa, la niña que pasó su infancia bajo techo, por más que el ser humano María Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo intente disimular el fatídico rictus de su hocico aparentando "normalidad hiper activa", aparentando un discurso bronco, pero admisible (sí, parece que los ladridos humanos caben en el congreso), incluso en las situaciones más civilizadas, incluso sonriendo estáticamente (hieráticamente) frente a las cámaras, a Cuca Gamarra le sale de natural su condición de monstruo dañino y sanguinario. Le sale la Marca. Luego vendrá alguna feminista de derechas (ojalá hubiera alguna) a decirme que tampoco es tan malo ser una "mujer loba" para los tiempos que corren... Venga ya.