martes, 18 de junio de 2013

LOS PÁJAROS DE LA CEOE


Sobre las seis de la mañana, sin fallar un día desde que empezaron los calores, oigo el trino de un mirlo a través de mi ventana. Por la cercanía del sonido y casi diría que por el fraseo, creo que es el mismo mirlo. Podrían ser dos, o tres, y de la misma banda de música, turnándose los días pares, pero de cualquier manera el canto del mirlo se distingue del piar más anárquico de los gorriones ("la calderilla del cielo", que decía alguien que no recuerdo, cachis), con toda la pinta no de estar levantándose, sino de no haberse acostado, los sinvergüenzas. Así que es mi mirlo contento y a esa hora estamos solos él y yo a la faena de cantar, pintar y escribir en el aire. Ese azul eléctrico del alba sobre los tejados lo tengo estos días asociado a su presencia y es un gusto. La tibieza del aire, la luz creciente y el buen día de verano que se presenta por delante nos ponen alegres, y supongo que por los mismos motivos, cada uno en su según y en su metabolismo. Sin embargo, ya llevo dos días sin escucharlo. Han bajado las temperaturas y el mirlo debe de andar mosqueado y sin dejarse oír hasta que la cosa de la climatología vuelva a tender al optimismo... Todo esto de mi mirlo feliz y de la bajada de las temperaturas lo cuento para que se entiendan mejor los graznidos del cuervo de la CEOE José de la Cavada, su director de relaciones laborales. Un empresario lenguaraz, chulo, explotador y condenado en firme por la inspección de trabajo por humillar a sus empleados. A favor de los minijobs, de los despidos libres, del contrato único y de que al trabajador no se le den más días libres que los imprescindibles -y en un vehículo rápido- para ir a enterrar a sus muertos, como dijo ayer. Así de contentos se sienten los empresarios con esta temperatura ambiente de obreros esclavizados y los sindicatos bajo mínimos, que lo demuestran ufanos a los cuatro vientos. Los pájaros de la CEOE. Cuervos a gusto, graznando, y mi mirlo de baja, con depresión. Esta noche le hago una sustitución en la ventana con algún tema de los Black Crows. Los buenos. Puestos a piar, hasta que la paloma de la paz se haga un tirachinas con la ramita de olivo.

SOTANAS EN ZARA


Según el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, la ONU tiene un plan diabólico para que la población mundial se vuelva homosexual en veinte años. Ese plan comienza en la escuela enseñándoles a las niñas y a los niños lo que es un espermatozoide, un óvulo, el Binomio de Newton y una postal del Apocalipsis. Demetrio Fernández conoce perfectamente lo que es la ONU, el Binomio de Newton en la cama, y lo que vienen siendo los homosexuales, uno por uno, que lo tiene comentado con el Obispo Nocturno de Alcalá de Henares, aún más experto que él. Demetrio, pues, sabe de lo que habla. Ahora, según el obispo de Córdoba, la mujer no podrá ser jamás sacerdote porque carece del don para ello. Y añade que el sacerdocio no es ningún derecho que pueda ser reivindicado por las féminas, que lo suyo es la maternidad y punto pelota, tal cual lo dijo Juan Pablo II, que era infalible, el tío. Demetrio Fernández conoce perfectamente lo que es el sacerdocio, las pelotas, y lo que vienen siendo las mujeres, una a una. Demetrio, pues, sabe de lo que habla. Porque si los homosexuales empezaron con la ley de la gravedad y las mujeres diabólicas reivindican su derecho a no tener esperma en la homilía y a dar sermones con el Apocalipsis oliendo a limpio, ¿quién va a violar a los niños viriles y a las niñas vírgenes infaliblemente? Otra cosa es que los curos no tengan cura o que a una mujer le apetezca santificar las fiestas más en domingo que en sábado, que no le veo yo mucho peligro por ahí: son más listas que vosotros y a casi todas las tontas de ese género ya las tenéis de monjas o de primas del pueblo. Y qué leches: a ese don de dar hostias y órdenes a partes iguales los guardias civiles también les dijeron que no a las mujeres en su momento, y ahora mira el gusto que da verlas por ahí, castigando cristianos y poniendo penitencias con el hisopo de "párese usted ahí en el limbo del arcén" que me viene pecando por toda la raya continua desde Móstoles. ¿Y hay que tener un don para ser guardia civil? Pues las de Ávila a lo mejor te dicen que sí, y las de Fuengirola te dicen que no, que va en el sueldo, pero ahí están las muchachas. Así que no me parece que lo de ser curas, padras, obispas o monse-ñoras le ponga mucho a la tropa femenina, al menos en España, que no digo yo por esos países protestantes con Lutero de pichichi, que a lo mejor. Si Amancio Ortega hubiera visto tendencia por ahí, con lo listo que es, hace tiempo que habría sotanas monísimas y entalladas en Zara. Y ni el obispo de Córdoba hablando del Don ni el de Alcalá de Henares hablando del Dnieper nos libran de la primera sacerdotisa por CCC, mecanografía hablada y escrita, piercing de polígono, tatu con el Cristo de las Anillas en las lomas del escote, y unas hostias que ríete tú del Capellán de Yeserías, Demetrio, campeón...