jueves, 8 de noviembre de 2012

¡TULLERÍAS, TULLERÍAS...!

Robespierre tenía fijación por Luis XVI y no paró hasta darle pomada de guillotina. Plop y al canasto, la cabeza. Con sus mismos andares y su mismo afán conspiratorio, a Rubalcaba Franco se le murió en la cama. Snif y al Valle de los Caídos, de cuerpo entero y sobre una cureña de artillería. Le faltó ese capítulo de la Heidi Roja. Matar al abuelo. Su huida hacia delante han sido los cien metros lisos, la química, ponerle zancadillas a Fraga (otros andares históricos) y convertirse en un consumado marionetista: campañas electorales, negociaciones, y auges y caídas de candidatos varios. El Herta Frankel de los socialistas con multitud de perritas Marilyn en los escenarios, congresos a media luz, cabarets de provincias, zulos de Euskadi. Porque cuando Rubalcaba parpadea, ten por seguro que acaba de hacerte una foto y ya tiene a cincuenta Erasmus de la Guardia Roja investigándote dónde estabas tú cuando bombardearon Guernica. La Derechona de este país lo sabe y le ha tenido miedo de caquita en tribuna tiempo atrás, pero hoy en día ha aprendido a torearle. Sabiendo que el bicho acude como una fiera no al color rojo, sino al color azul falange, lo han tenido berreando a la luna con dos o tres tontás de distracción (una placa de Franco en alguna calle, unos huesos sin memoria histórica en alguna cuneta, un obispo en contra del matrimonio entre gatos persas) hasta que le dieron la puntilla definitiva en las elecciones del año pasado, cuando lo sacaron de toro embolado por esos pueblos canallas que sólo querían venganza contra la crisis. Con Robespierre acochinado en tablas y con los de su propio partido serrándole las defensas, los de la camisa azul falange se han puesto a robar como locos por bancos, escuelas y hospitales sin que el que fuera un buen ministro de interior se cosque de la misa la media, ni se le espere... La culpa de que no haya un Robespierre sobrero para Rubalcaba es de las listas cerradas y de la mediocridad asustadiza que provoca la endogamia en cualquier partido. Esa cosa de obreros sublimados y socialismo de cocaína que es el PSOE y donde pueden llegar a destacar topes de puerta como Chaves, pijas sedadas como Bibiana Aído, Campanillas de Zara como Leire Pajín, o estupefactas como Carmen Chacón. Vosotros lo habéis buscado. Ahora Rubalcaba huele su propia medicina y ya oye el siniestro cascabeleo de las mulas tordas socio-falangistas que traen la guillotina a la Plaza de la Revolución, antiguamente del Marqués de Salamanca (Barrio de). Mirad cómo sacan sus cestitas de tricotosas la Esperanza, la Dolores y la Soraya. De Marsellesa, que suene el himno nacional. Alguna de Bisbal, entonces.