sábado, 20 de marzo de 2010

MOISÉS

De una fotografía de Jacqueline Franco
Por más que me digo que han de ser los mínimos trazos posibles, me quedan como para plantar una cosecha de arroz a pincel. Si mi lápiz óptico fuera un coche, le tocaría pasar la revisión del millón de kilómetros. Por eso a Velázquez le duraba un pincel más que un martillo enterrado en manteca...