domingo, 20 de enero de 2013

ESTÁN MUERTOS


Nos dan miedo los políticos, pero más miedo les damos nosotros a ellos. Les produce terror la gente y han decidido encerrarse todos juntos contra ese pánico... improcedente. Pero siguen oyendo ruidos inexplicables, sienten presencias inquietantes por los pasillos, por las cámaras vacías. Psicofonías del pueblo. Hablan entre ellos en voz baja, tapándose las bocas. Sí, todos han sentido los mismos escalofríos. Cierran ventanas, puertas, corren cortinas, caminan atemorizados por comisiones, por partidos, por jurisdicciones. Tratan de animarse entre ellos entregándose bonitos y anticuados sobres color manila, pero los ruidos continúan. Están ahí. Pocos se atreven a seguir llamándolos improcedentes. Proceden de fuera. Ya ni siquiera les consuela mirar viejos cuadros de familia ajados por el tiempo, sentencias absolutorias, delitos prescritos, nostálgicas postales con palmeras desde paraísos fiscales, legendarios compañeros multimillonarios. Ahora el Congreso está helado y ellos sienten el frío que se condensa en el vapor de ectoplasma con el que exhalan sus discursos caducos una y otra vez... En sus peores pesadillas incluso les responden del otro lado y se despiertan empapados en pus. Cada día acuden más a rezar las letanías de las listas cerradas en el bar del congreso, aunque los camareros hayan desaparecido hace tiempo. De noche, cada uno en su escaño, se miran unos a otros y no quiere darse cuenta. Están corrompidos, pudriéndose en su rutina de huesos, corbatas disecadas y micrófonos que dejaron de funcionar hace años... No quieren reconocer que están muertos. Un día cambiaron su sexto sentido por una navaja suiza. Un día comenzaron a despreciar a la gente de verdad, los que no son como ellos. Los Otros. Y ahora creen que los muertos somos nosotros. Aquí fuera. Y que estamos rodeándolos contra toda ley de la naturaleza y de su democracia cadáver... O que en algún momento acudirán sus antidisturbios a disolver este vídeo de Thriller del 15M. Esos putos fantasmas.