domingo, 19 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (37º DÍA DE CUARENTENA)


En breve, el ejército se va a presentar en un montón de casas por todo el país para hacerle el "selecto" test del coronavirus a más de 30.000 personas elegidas según un muestreo estadístico que será determinante de cara a la estrategia para finalizar la cuarentena, su tempo, su modo y su eficacia. Estoy leyendo que los mandos andan en principio un tanto ofendidos porque sus soldados no puedan vestir de uniforme para ello... (Ding Dong: "Hola, buenas, que somos la Brunete" "¡Yo no le abro a nadie!" "Que somos la Brunete de paisano, señora". "¡Que no abro y no abro!" "¡Que le ha tocado el gordo, señora! ¡Le vamos a hacer el test del bichito! ¿¡Me abre la puerta o me cago en el misterio, que se la he visto abrir por uno de Amazon, señora, por favor!?")... Cuando me quedo intrigado con el nombre con que han bautizado la misión: "Operación Zendal". De otras pesquisas, tengo la experiencia de que ni la Guardia Civil ni la Policía Nacional en España le ponen nombres al azar a sus operaciones (jamás dan puntada sin hilo, a veces con mucha gracia), así que infiero que los militares tampoco. En principio, qué sé yo si por afinidad sonora, "Zendal" me sugiere "cedazo", una criba. Para una misión de tests entre la población, parece plausible. Pienso que no debo de andar descaminado cuando ya lo estoy buscando en Google. Ni flores. Los "zendales" son unos indios mejicanos de la región de Chiapas. Busco algo más sobre los zendales, por si eran indios de los de quedarse meses sin salir de casa haciendo bizcochos... Y por ahí tampoco... Pero me aparece "cendal" en la visión periférica: una tela fina... Cendal, cedazo... Entonces vino la pista definitiva con el nombre de Isabel Zendal... Y de Isabel Zendal a Balmis, como la "Operación Balmis", la primera misión del ejército español entre civiles contra el coronavirus y cuyo nombre no me llamó la atención en su momento porque le supuse un nombre propio, como en efecto era, y yo un ignorante sin la más mínima curiosidad: "Operación Balmis", de Francisco Javier "Balmis", médico alicantino de la corte de Carlos IV y jefe científico de la Primera Expedición Sanitaria Internacional de la historia (tal cual) contra la mortandad que estaba causando la viruela en América. La vacuna de Jenner ya había sido probada con éxito, pero era muy complicada tanto su producción masiva como su conservación. La manera más práctica de usarla era inoculando directamente en el paciente la sangre con anticuerpos de un inmunizado.... Y al doctor Balmis se le ocurrió la locura de que esos anticuerpos podían conservarse, renovarse y transportarse hasta América en los cuerpecillos de 22 huérfanos gallegos (de 3 a 9 años) que debían hacer de frascos humanos. ¿Por qué gallegos? Porque algo sabían de la mar y era imprescindible que sobrevivieran en buen estado de salud a la larga travesía que les esperaba por delante para salvar a los niños de las Colonias de Ultramar, una por una, a tantas como alcanzaran con su barco "María Pita". Zarparon del puerto de la Coruña el 30 de Noviembre de 1803. Navegaron durante 3 años. Vacunaron a más de 250.000 niños. Isabel Zendal era la enfermera gallega que cuidó y mimó a esos 22 rapaces durante toda su aventura. Los higos de arriba son para ella.