miércoles, 20 de abril de 2011

EL CRECIMIENTO EXPONENCIAL DE LOS ENANOS







Una elucubración teórica simple: plegar un folio 64 veces sobre sí mismo. En la práctica es imposible, claro está, pero de esos pliegues, uno sobre otro, surgiría teóricamente un "cuerpo" con una dimensión tal que tocaría el cinturón de asteroides sito entre Marte y Júpiter. Mismo ejemplo con el grano de trigo en la primera casilla (a1) del tablero de ajedrez (la leyenda de la recompensa imposible). Dos granos en la contigua. Cuatro en la siguiente. Y así. No hay cosecha de trigo que pueda cubrir la cantidad resultante tras hacer lo mismo con las 64 casillas. Crecimiento exponencial. Póngase ahora una imbecilidad en boca de un mediocre. Pónganse dos. Pónganse cuatro. El crecimiento exponencial que gozan actualmente los mediocres y los enanos en este país está llegando a ser inabarcable. Por todas partes. Izquierda. Derecha. En la política. En la cultura. En los bares únicos de no fumadores. No verás un pazguato, un tonto, un modosito, un picaflor, un mierda que no esté creciendo a ojos vistas con ganas de tocar el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Un martes. O un júpiter. El día de la semana les da igual. Tampoco hay periódico donde pongas el ojo que no lo veas hincharse de estupidez y mediocridad por segundos. Qué tiempos aquellos en que a los adolescentes, hasta que no sabían filosofía, latín, matemáticas, historia, solfeo, danza y dos o tres lenguas extranjeras no se los dejaba salir a la calle, por no avergonzar a familia y educadores. Tanto más un adulto. Los mismos "adultos" que ves hoy en día, de chaqueta y corbata, rebuznando por ahí, haciendo apostolado de los beneficios del rebuzno, las coces y la ignorancia contra los sabelotodos que no quieren que todos seamos iguales, que no quieren que los enanos mentales y de corazón toquen el cinturón de asteroides cualquier día y, definitivamente, nos vayamos todos al carajo de una puta vez. Arriba, copia de la cara guasona de Francisco Lezcano, hijo de Vallecas, del original homónimo del maestro Velázquez, el tío que más partido le ha sacado a los enanos en España (el segundo es Javier Gurruchaga, de la Orquesta Mondragón). ¿Se podría tocar el cinturón ese que le cuento, pero pa'trás, don Diego? Lo digo poque no he dado una pincelada a derechas, coño. Como dice un bloguero por ahí (Barón Rojo, muy recomendable): "Dios mío, dame humildad, que de lo demás voy sobrado". Pues eso.