sábado, 30 de abril de 2016

QUEMADOS, PERO TODAVÍA QUEDAN PERIODISTAS


En estos tiempos de ordenanzas disfrazados de periodistas y de pregoneros disfrazados de tertulianos, José Martí Gómez, arriba. Un maestro. Literalmente un maestro de escuela. Y probablemente lo habría sido, y de los cojonudos, si no le hubiera picado (como a Spiderman) la mancheta del Diari de Barcelona. De ahí hasta ahora, pegándose de hostias contra el poder y librándose de más de un fusilamiento por teléfono de parte de algún político con trono. Veterano de El País, y actualmente más quemado que los rulos de cocaína de los peperos valencianos, acaba de escribir "El Oficio más Hermoso del Mundo". ¿Un dedo índice manchado de nicotina apuntando directamente al culo de Cebrián? Hablamos de oficios, no de orificios. Aunque al IBEX le parezca hermosísimo. En cuanto tenga un rato, a leerlo. Digo el libro. A mí me cuentas una anécdota divertida con periodistas y ministros, y ya me tienes.