viernes, 15 de junio de 2012

QUÉ GRANDES, LOS IRLANDESES

Ya íbamos cuatro cero y todo el campo en Gdansk era un cántico de los irlandeses. Cantaban, los cabronazos. Todos a una, esos tíos locos. Se iban de la Eurocopa. Palmaban con los campeones del mundo y cantaban. Cómo me acordé de la película "The Van", de Stephen Frears. Cómo me acordé de otra suya, "Café Irlandés". Y de ahí a "El Hombre Tranquilo", de Ford. Cómo cantaban... Veinte mil irlandeses tirados en el corazón de Polonia. Perdiendo. Cantando. Qué país. Qué gente. Mis respetos, joder. Los andaluces pelirrojos de Europa... Arriba, cómo no, el inmenso Colm Meaney. Un dublinés.