viernes, 18 de mayo de 2007

LAS EXTRAÑAS AVENTURAS DEL TURBIO NIÑO MATOMUERO (19)



Todos hemos sido borrachos antes de ser camareros
Todos hemos estado muertos antes de estar vivos
La poesía nos sale a grandes pedradas
Como los ahogados en los ríos
Un poema verde, hinchado, con cangrejos insolentes
Entre sus palabras
Te está mirando

Unas veces estamos así de mal rezados
Y otras llevamos un racimo de niños al cuello
Para que no los devoren los relojes de las madres

Ese color negro que usan de mantequilla
Los que gastan las noches
En descansar
Los que gastan los dioses
En salvarse
Los que gastan los coños
En reproducirte
Los que gastan las casas
En tener miedo

El lanzamiento perfecto del sol por encima de los estancos
Y que llamamos día

Empezarlo con una temperatura
Y terminarlo con la misma

El arte inmediato de la música
La receta de la compañía eléctrica, su diagnóstico
Esto, el coño,
la presencia de la nada
frente al hombre erecto

Todas las mujeres, todos los trabajos, todos los cheques
Todas las pelotas en los tejados
Cagadas por las palomas
Y todo el azul amaestrado para gustar
Los rojos azuzados
Los amarillos tenidos sin comer
Los verdes de puntillas para que les dé un sol
O un niño
Los colores definitivos que serán tus dedos
En la última postura
Cuando adelgaces tus pensamientos
Y te cueles por debajo de las puertas
Seas inmaterial, de nube
Y otra vez imposible
Como en los entonces amnióticos
Los entonces de volcanes de franela
Y la ola de estiércol rosa con que se recuerda la infancia
Una novia Un partido Un pantalón
El chocolate en prosa de las decisiones
Hasta llegar aquí
Con sabor a pistacho a calabaza a quicio
El palito del helado bien metido en el culo
Y la lengua de un Dios de Corte Inglés
Lamiéndonos el ceño
En una misa por la espalda
Como un tiro
O meter la misma cabeza en un coño
Y preguntar para cuando te esperan de nuevo
Si en Acuario Piscis o Abogado