miércoles, 31 de julio de 2013

PROMO DE TSUNAMIS


La película que salva la taquilla española del año pasado es una película dirigida por un español en inglés, con actores extranjeros, ocurre en Tailandia, y la habría rodado Spielberg encantado de la vida porque tiene un final feliz y por eso se llama "Lo Imposible", para que no te lo esperes, como en todas las de Spielberg, el sutil. Eso sí, la historia real en la que está basada la peli le ocurrió a una familia española. Pavoroso panorama. Parajódica conclusión: para levantar el cine español hay que hacerlo extranjero y "a la manera de". Un poner de cine verité: si los americanos tienen "La noche más oscura", nosotros tenemos la matanza de Puerto Hurraco, por ejemplo. Que la ruede Emilio Aragón, pero como lo haría Sam Peckinpah y con treinta millones de dólares para boinas. Fácil. Cine español. Los tejemanejes de Bárcenas que los ruede Jesús Corbacho con un guión de Benjamín Prado hasta que les salga "Todos los Hombres del Presidente", de Pakula y Goldman. Fácil. Cine Español. Las psicopatías del asesino Bretón que las ruede Amenábar como lo haría Alfred Hitchcock y que al final se le aparezcan los dos niños debajo de una sábana de la mano de Eduardo Noriega, el actorazo (si Cuerda no le arranca la cabeza antes). Fácil. Cine español. Y Almodóvar que estrene Avatar 2, la gran epopeya sobre los efectos de la viagra en los gays jubilados de Chueca, que los vuelve azules. Fácil, Cine español. Pero el cine español que nos gusta de Bayona es "El Orfanato", aunque su actriz principal me tenga agotado: Belén Rueda, Belén Rueda, Belén rueda... Lo otro es una promo de Tsunamis. Un vídeo industrial para vender aerogeneradores a las comunidades autónomas financiado por Endesa y la peli de "Lo Imposible" financiada por Matutes para que la gente entienda que en Mallorca no hay tsunamis, y compre. Ahí Bayona lo ha bordado. Malísimos, los tsunamis. ¿En lo suyo? Los mejores. Una pasada, oiga. Mire qué espuma. Qué arrastre. Qué desbarajuste... Y encima respetan los finales felices, que es el punch line de venta que tienen que tener los vídeos industriales. Lo mismo que los otros (¡Amenaaabarrg...!), los más largos y en pantalla grande, que es lo que no acabáis de aprender los españoles de esta industria: un buen final feliz al final feliz de una película llena de efectos especiales como tiene que ser para que al cine se le pueda sacar algún dinerillo y podamos tener los productores el martini a punto orillando en un par de docenas de piscinas de riñón cada balance anual... ¿Que no es así? ¿Que no del todo? No me venga usted encima con que la historia tendría que tener el más mínimo interés... ¿O es que no le gustó el zambombazo que se pega Ewan McGregor debajo del agua? O me va a venir ahora con que Naomi Watts tampoco está buena... Y esos niños, que da gusto verlos hasta llenos de roña... ¿A que parece que les hubiera dado de mamar Heidi de pequeños? Un dineral nos costaron. En las Hurdes no los encuentras así de reventones, colega.