domingo, 13 de junio de 2010

EL PUNTO DE GIRO

De mi trabajo en el Circo sé que el folio en blanco se enfrenta, se afronta y, a menudo, se afrenta. Incapacidades aparte, obviada la falta de talento, la ofensa se produce a causa de dos motivos fundamentales: el interior, llámese autocensura, y el exterior, llámese puto jefe. La autocensura proviene del miedo. El puto jefe proviene de su despacho a decirte que no lo ve, que le falta algo, una vuelta, un punto de giro. Hasta han llegado a pedirme un punch line al principio, que es como pedir un whisky on the rocks sin hielo. Tipos que si han llegado a juntar dos letras han sido las del Mercedes agitanado; si han llegado a tener dos conceptos sobre la creación han sido los de las facturas y los de "en concepto de". Con su dinero quieren una vuelta, como el paleto en el primer taxi de su vida mirando suspicaz el marcador de tu taxímetro: este tiparraco de gafas me quiere enseñar la Nebulosa de Andrómeda y yo lo que quiero es sacarme una foto en Móstoles, con el alcalde. Y, por supuesto, el caché es otra forma de hacerles ver las estrellas. Llámese venganza.

JET LAG, JET FAT