miércoles, 18 de noviembre de 2015

COLUMNAS LÍRICAS, GUERRIERAS...


De lo mejor que se ha acercado a comer al vertedero de El País últimamente, como una gacela sin fondos. Leila Guerriero. Argentina, periodista y, sobre todo, lírica. Una mujer lírica. Una escritora lírica. Una verdad lirica. Todo lo que le he leído en sus columnas me resulta lírico. En el buen sentido de ese campo de exterminio de cursis que es la buena lírica. Porque no te habla de flores, de cisnes o de glandes azules. Te hablará probablemente de lo diario como poema terrorífico o como poema instigador o como poema deslumbrante. Escribe con una métrica cardíaca (un pulso en la sintaxis espléndido), con unas imágenes que harían sudar gotas de envidia a Onetti, a Cortázar, y con el arco siempre tensado de quien vigila por ti y por mí para darle su merecido al monstruo de la realidad que se acerque demasiado. Si la lees, claro. Un hallazgo que vengo atesorando desde hace meses y que hoy comparto en este blog. Ni que decir tiene que no es cosa mía. Ya ha tenido elogios más entregados que este en Juan José Millás y hasta una mejor caricatura del inefable Sciammarella si por curiosidad clicáis en este enlace.

BOCACHANCLA AWARD PARA MUNILLA, EL DE LAS NEURONAS PERRUNILLAS


Después de la salvajada de París, al Obispolari de San Sebastián, José Ignacio Munilla, le ha faltado poco para piar por Twitter apoyando la tesis del Bobo y Pequeño Cañizares de que no todos los refugiados son trigo limpio. Tanto injuriar a su adorado maestro del Taichí del Cazo y mira tú las lecciones que nos da la historia por esas discotecas de la Ciudad del Pecado que han tenido que aparecer seis o siete familias de ateridos refugiados con pasamontañas pidiendo pan y sangre a tiros para que todos nos demos cuenta de la verdad verdadera: que todos los que huyen del terrorismo y de la muerte son unos hijos de puta y que a destacados miembros de la Santa Madre Iglesia como José Ignacio Munilla habría que graparles las orejas al culo para que vieran definitivamente la luz que tanto dicen buscar.