viernes, 7 de marzo de 2014

CRIMEA, LA FLORIDA RUSA


George Bush le quitó Florida al tipo de arriba en unas elecciones amañadas. Y con Florida, la presidencia y todo Estados Unidos. Un pucherazo como nunca se vio en la tierra de la libertad, pergeñado entre Jeff Bush y el dueño de las tragaperras que se usaron en ese bingo electoral, las urnas del voto electrónico que estaban más trucadas que la moto de un gitano, a la sazón donante fiero de los republicanos. John Kerry, que de tal gurrumino hablamos, tuvo que apartarse de las siguientes elecciones para que probara suerte el candidato negro de los demócratas, a la desesperada. Por no montar el pollo en su momento, gurrumino total (gurrumino: cabrón consentido y calzonazos), le nombraron Secretario de Estado (casi a título póstumo) cuando Barak Obama ganó la alcaldía gorda de U.S.A. Ahora John Kerry, secretario póstumo y gurrumino de estado, ha venido a Europa a que no le quiten Crimea, la Florida de Rusia. Por lo pronto ya ha amenazado al Bush estalinista del otro bando con contarle a todos los americanos que el vodka emborracha. Y Putin temblando.