viernes, 23 de noviembre de 2012

ROUCO VARELA, BEATO


De acuerdo, para ser beato hay que haberse muerto antes, pero es que yo a Monseñor Rouco Varela vivo vivo, muy vivo, lo que se dice ser vivo, no lo veo, así que provechemos ese olor a podrido e iniciemos el proceso de beatificación cuanto antes. Siervo de Dios, venerable, beato y santo Antonio María, procedamos con las razones y argumentos por los que, al menos, deberías ser BEATO, segunda división de los santos, pero por algo se empieza a dejar de jugar en paraísos de campos de tierra y se pasa a los de césped regado con agua bendita, todo verdecito, Estadio del Edén y esas cosas. Como milagros no se te atribuyen ni se los espera, Antonio María, yo creo que lo más sensato es demostrar que has sido, estás siendo y vas a ser un mártir de la hostia. Así que vamos a tus dolores y sufrimientos uno por uno. Las calzas de tu peana, salao. Las mismas que darán testimonio y fe de que has sufrido martirio y que lo padeces en tus carnes por culpa de tu manifiesto parecido con Paco Clavel y que más de una noche te ha liberado de tu reclusión monacal, bien a tu pesar, con el punzante cachondeíto (alabado sea Dios) de más de un portero de club de hombres nocturnos. Que has sufrido martirio y que lo padeces a causa del secreto de confesión, lo que te ha limitado mucho a la hora de denunciar a tus colegas pederastas. Que has sufrido martirio y lo padeces en grado sumo a causa de tu obediencia y sumisión a la jerarquía eclesiástica, mandato por el que te has visto obligado a tu pesar a proteger, cobijar y defender a todos los delincuentes que visten tu misma camiseta (lo que pasa en Las Vegas se queda en las Vegas). Que has sufrido martirio y lo padeces viendo cómo la sagrada institución del matrimonio se ve amenazada por el instrusismo de los gays, debiendo así comerte lo tuyo y lo de tu pubertad por aquello de la envidia, el recato, los armarios y el rechinar de dientes. Que has sufrido martirio y lo padeces queriendo pagar el IBI de la Iglesia como un campeón y sufriendo pesadillas innúmeras y terrores nocturnos varios (súcubos pecaminosos de Hacienda en tu cama ¿o eran íncubos?) porque Susan El Papa no te deja. Y por último, que has sufrido martirio y lo padeces con el tema del aborto, sobre todo viviendo encima de la mayor galería de fetos muertos de Madrid, esos hijos producto de la concupiscencia pudorosa entre curas, monjas, obispos y madres superioras como ninguna y más rápidas en esconder el bombo que Manolo el del Idem en un partido de la selección catalana. Por todo ello, y si no hacen antes beato a Iñaki Gabilondo, Don Antonio María Rouco Varela, BEATO, coño. Uno más a sumar a los quinientos mártires que va a poner la iglesia encima de la mesa (y encima de las cunetas) para que Dios les coloque la pegatina de "Morí Guay. Vota PP", les regale una orla fosforescente de plutonio ("Rézame. Yo lo valgo"), y que se sepa de una vez por todas que no les ha bastado con ganar la Guerra Civil en la tierra. También la tienen que ganar en el Corte Inglés del cielo. Si te toca en la planta infantil, ya sería la polla, ¿eh, arzobispo...? ¡... De España! como dirían tus admirados Faemino y Cansado.