EL VENENO DE LOS TRENES
-¿Cómo puede ser tan dulce un hombre tan duro?
-Si no fuera duro, no estaría vivo. Si no pudiera ser dulce, no merecería estarlo
-RAYMOND CHANDLER-
-Si no fuera duro, no estaría vivo. Si no pudiera ser dulce, no merecería estarlo
-RAYMOND CHANDLER-
Dan tu nombre en la vieja estación.
Son los amigos muertos por megafonía.
Arcada de orillas en tus ojos
y esta pena llena de fechas.
A su manera, los espejos también son relojes.
Las manos, las únicas maletas para toda la vida.
Compra una petaca de vapor,
una postal con su paisaje bebiendo.
Majestuosamente roto,
fuma en la espera.
Recuerda los cuerpos.
Cuantos palacios ardieron sin que cesara la música.
Recuerda la furia de las entregas,
los tibios adioses.
Piensa en las verdades que hay que olvidar.
Mira tu cabeza,
ahora que es tu propia alma,
ahora que te vas para siempre,
y dan tu nombre en la vieja estación.
Son los amigos muertos por megafonía.
Arcada de orillas en tus ojos
y esta pena llena de fechas.
A su manera, los espejos también son relojes.
Las manos, las únicas maletas para toda la vida.
Compra una petaca de vapor,
una postal con su paisaje bebiendo.
Majestuosamente roto,
fuma en la espera.
Recuerda los cuerpos.
Cuantos palacios ardieron sin que cesara la música.
Recuerda la furia de las entregas,
los tibios adioses.
Piensa en las verdades que hay que olvidar.
Mira tu cabeza,
ahora que es tu propia alma,
ahora que te vas para siempre,
y dan tu nombre en la vieja estación.
De LA PUERCA ROSA