lunes, 11 de marzo de 2013

LA SEMANA FANTÁSTICA DE LA MONARQUÍA


El Corte Inglés no es una cadena. Es un concepto. Puedes despreciar todo lo que representa El Corte Inglés (o representaba), pero no puedes despreciar a uno de sus dependientes (por principio), o evitar su papelería si quieres disponer de un buen surtido de cuadernos para acuarela, por ejemplo. Hace años me pasaba lo mismo con la cadena de tronos "Monarquía". Me revolvía por dentro la cadena histórica, el concepto, pero no despreciaba a su "dependiente" Juan Carlos I. O, en todo caso, mi desprecio no llegaba a ser serio: el dependiente monarca parecía simpático y hasta había conseguido que los otros lobos alfa de la manada se sentaran juntos, los de la planta joven y los de la ropa de caballero fascista. No parecía un mal paso intermedio hasta que nos devolvieran la República que nos habían quitado. Cumplida su misión de atención al público, el dependiente renunciaría noblemente a su puesto, y las viejas banderas tricolores sustituirían a las del triángulo verde volcado con la palabra "Franquismo" en letra de niño aplicado. Hoy todo eso ha cambiado de manera radical. El dependiente ha tenido acuerdos con los lobos alfa por separado. El dependiente no se ha librado nunca de la sospecha de haber sido cómplice de los ladrones en el intento fallido de robo a la tienda el 23 de Febrero de 1981. El dependiente ha dejado de controlar a su prole y nos han abierto franquicias y "Monarquitas" por toda España.  El dependiente está la mayor parte del tiempo de baja y nos cuesta un pastón. El dependiente ha empezado a cometer deslices sexuales y está saliendo en los cantares. El dependiente está perdiendo facultades y últimamente tienen que cubrirle sus torpezas y supuestos chanchullos de intermediación con otras "Monarquías" del exterior. Así que no soporto al dependiente. No aguanto sus caritas. No puedo ni verlo. Nos hace ojitos desde la tele y luce desvalido pidiendo perdón continuamente mientras el dependiente aprendiz ordena las cajas con los botones (por supuesto, de marfil) y recoloca las muestras de lencería (por supuesto, de Alemania), pero no cuela. En el fondo, lo que estoy viendo es que el dependiente se ha encadenado al mostrador y está armado. El que suba por esas escaleras mecánicas con la denuncia de que él y su yerno han metido la mano en la caja, se va a llevar un tiro en toda la inmunidad de El Corte Inglés. Cómo vas a fiarte de un "concepto" que tiene toda su papelería en el "Hola" antes que en el Boletín Oficial del Estado.