lunes, 4 de julio de 2011

CALAMARO Y EL 23-F MUSICAL

En los primeros momentos del golpe de Estado del 23-F temblaron en España los demócratas del hemiciclo, pero especialmente tembló en la calle la gente de izquierdas en general, esto es, pobres, curritos, comunistas, socialistas, anarquistas y la surtida camada de artistas a favor de la libertad que podía estar compuesta lo mismo por pintores, escultores, periodistas, escritores, o músicos todos salidos mal que bien de las sombras de la dictadura hacia la luz traída de fuera de una confusa monarquía parlamentaria. El golpe fracasó y no hubo nada: cada cual volvió a sus cosas tras un carraspeo. Los fascistas a lo suyo, dándole betún a sus botas militares, y los progresistas a lo de todos, dándole más grasa aún a los rieles de una transición que se acababa de quedar atascada. Ahora bien, si hubiera habido en España un golpe de estado de izquierdas inmediatamente después de la muerte de Franco (un referéndum también hubiera valido), el temblor en este país habría estado en las pulseras de las marquesonas, en el hielo de los martinis de la jet set, en los monóculos de los banqueros, en los rosarios de los curas y en los correajes de los falangistas. Hermoso temblor que, inevitablemente, habría supuesto una reinstauración de la República, pero también una segunda guerra civil más que "cantada". Fáciles juegos de palabras aparte, a lo que vamos, que son las canciones: el golpe de estado que, según Andrés Calamaro, ha supuesto la operación SAGA en la SGAE. Fue un comentario en twiter, un eructo escrito: "La detención de Teddy Bautista y el 23-F son la misma cosa". Histerismos, exageraciones y drogas aparte, es ahí donde he visto el temblor de las marquesonas que apuntaba antes... Cielos. Glup. Golpe de estado en la SGAE. Dios mío. ¡¡Mis joyas!! Gritos de pánico de las cupletistas con collares y un zafarrancho general en todos los palcos, que muy bien han recogido los periódicos con exhaustiva y golosa maldad: los amigos de Teddy. ¿No oyen el cacareo sobresaltado de las condesas de Serafín? Las gordas marquesonas que se lo estaban llevando muerto y a las que les acaban de capturar a su recaudador de impuestos en el mismo bosque de Sgaewood por inquinas políticas, por envidias, por chivatazos... Tan injustamente, mirusté, señor obispo. Ahí están sus chillidos por todos los lados, pidiendo orden y reclamando que la vida vuelva a ser la de antes. Ah, los conservadores... Ah, la reacción... Ah, las marquesonas... Caco Senante, Sabina, Víctor Manuel, Calamaro... El Marqués del Mojo Picón, El Conde de Jaén, El Duque del Principado, El Embajador del Virreinato de la Plata... Tantos favores debidos al rey guanche Teddy Bautista... La defensa del estatus quo en una camarilla de decadentes aristócratas sacando pecho por la honorabilidad y el obsceno patrimonio de su banquero. Un espectáculo repugnante, sí, pero me temo que sólo es la primera parte de la función. Digamos que una primera línea de defensa en el porche del chalet, delante de los descamisados, mientras mi marido esconde la plata... Así pues, en el frente de la Ciudad Universitaria de la SGAE, las marquesonas se disponen a improvisar algún "no pasarán" capitalista. Si no vienen pronto las brigadas internacionales de Julio Iglesias, estamos perdidos, condesa. ¿La Duquesa de Torroja no nos ayudará con su patrimonio desde Inglaterra? ¿O desde Andorra? Estamos solos, condesa. El alzamiento de los cerrojos de la SGAE acabará con todos nuestros valores... en Bolsa. ¿Por qué, mi desgarrador poeta urbano? Tienen los papeles, y tarde o temprano averiguarán lo nuestro... Sólo son papeles, querido. Los papeles y los discos duros, condesa. ¡Dios mío, los discos duros! ¡El escorpión que se muerde la cola!



Los discos duros. La otra industria discográfica, queridos. La vuestra.



"¿Arderán los discos duros que tenemos en casa, mi amor?", le preguntaba Olga Ramos Belén al Duque del Principado esta misma mañana.



Los marqueses han comenzado a encender sus chimeneas.



En pleno mes de Julio.



Hemos "pasao", Calamaro.



Con lo bien que me caías antes, majete.

(Te he dejado con un airecillo a Warren Beatty; de nada)