lunes, 27 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (45º DÍA DE CUARENTENA)


Día feliz ayer para todo el mundo, incluso para los fotógrafos que fotografiaron aglomeraciones inverosímiles de padres y niños y todos revueltos promiscuamente en las plazas cuando, a lo mejor, el único problema que había era de "perspectiva", no de violaciones de la distancia de seguridad. Quizá esa foto hubiera sido menos alarmante desde el aire, donde se ve la distancia exacta de los virus con patinete y de las bacterias pater familias entre sí. No lo sé. Me callo si realmente estuvieron más juntas que nunca esas criaturas, pero creo que me voy a enfadar bastante si lo que hay es muy mala intención a la hora de interpretar las putas fotos. Y digo "putas fotos" en plural cuando solo conozco "una", en singular, eso sí, enviada y reenviada desde mil sitios. Ah, que el agravante es que era domingo... Perdón, es cierto, los padres pierden la cabeza los domingos y tiran a la basura de un plumazo más de cuarenta días de confinamiento aguantando como valientes y luchando con sus hijos codo con codo. Putos domingos. Nadie es responsable de lo que hace una tarde de Domingo, que decía Óscar Wilde, creo... ¡Qué va a saber un tío sin niños!

El nivel de intoxicación del "aire informativo" llega a grados de  pestilencia. Nada parece ser cabal. Hasta damos por bueno que no coincidan en absoluto los datos que entregan las comunidades autónomas y los que proporciona el gobierno. Nos parece aceptable. Cosas que pasan. Cachis la mar, que por culpa de burocracias y papeleos distintos, no sepamos exactamente cómo está siendo en cifras esto de la pandemia. Aceptamos la desinformación y la desorientación como si no clamara al cielo...

¿De verdad nos estáis diciendo que nuestra libertad depende de un criterio de más o de un criterio de menos en un despacho de un edificio acristalado de Euskadi, Madrid, Barcelona o Andalucía?