domingo, 6 de mayo de 2012

EN EL DÍA DE LA MADRE...


EL PADRE DE TODOS NOSOTROS

LAS TRAGICÓLICAS



Ya sé que son fotos viejas (del año pasado), pero no creo que ni a la madre ni a la niña les haya cambiado demasiado el texto. Algunas de las poses instintivas del género femenino, de las más despreciables y repugnantes, están ahí en toda su miseria estomagante (las peores poses del género macho darían para otro post aún más hiriente): una investidura que concentra toda la teatralidad, la zalamería, la vanidad, la mentira y la camada en un par de instantáneas... El llanto "puesto" por su Hombre Muerto, la ayuda de la orgullosa y estúpida cachorra, y su Orla de Poder en una banda de Miss de Feria de pueblo: Miss Cabello Bonito. Reina de las Fiestas. Miss Presidenta de Argentina. A lo basto, con la finura del pueblo llano adorándola en su populismo maternal. Cristina Fernández DE Kirchner, la que tiene más agujeros negros en su honorabilidad que Carmen de Mairena en su cutis, más tapaderas en su sonrisa que Falete en su acné, más trampantojos en su llanto que la Cospedal en sus discursos. Y esa frivolidad impune de sus operaciones de cirugía plástica con la que dar la cara por el país. La apariencia que es lo que es, a cara falsa descubierta. Una petarda pija y codiciosa encantada de ir en volandas de la mafia mientras le aseguren su tren de vida y su próximo cirujano. ¿Me ensaño? No más que ella con el paripé. Asco de políticos. Asco de políticas. Como nosotros, pobres argentinos. Los chanchullos de Repsol aparte. A ningún español de bien, a ningún argentino de bien, le importa una mierda esa cabeza de cerdo muerto. Me refería a YPF como concepto... Lo peor, lo que me lleva literalmente a una arcada de repugnancia, es la boquita suficiente de la hija atusando el aura tragicólica de la guay de su Madre. Un día como el de hoy (*)

(*) A día de hoy, precisamente, 4 de diciembre de 2022, 10 años después, la señora de la banda, está a puntito de sentarse como acusada en un juicio. Ojalá acabe de una vez presa y que ponga esa carita que sabe, precisamente, de nuevo, por ser la Señora de la Banda.