martes, 23 de febrero de 2010

MI BARRIO (17)

Mi barrio tiene viejas sordas para asustar a las motos lo mismo que tiene hondilones para que al motorista sólo se le vea el casco o a la vieja el roete. Las motos de mi barrio son de muchos tipos, pero de las que más hay no se sabe de qué familia son ni si la familia las echa en falta porque a lo mejor son motos que se han escapado o que no quieren saber nada de su otra vida de lo mucho que corren. Los colores de las motos de mi barrio por colores son de color sudor, de color regateo y de color cáscara de pitote. La gente dice que cómo van a ser esos los colores, pero desde luego no son los mismos que los colores que trajeron al principio cuando llegaron al barrio. Los ruidos de las motos de mi barrio son ruido que vienen, ruido que voy y ruido silencio, que mi jefe está tomando una copa en el bar y yo vigilo la salida. La gente dice que cómo van a ser esos los ruidos, pero desde luego no son los mismos que los ruidos que trajeron al principio cuando llegaron al barrio, que venían de una en una, bajando las cuestas acojonadas, en punto muerto, y agachando los faros cuando vieron a su primera vieja sorda y a lo mejor ni frenada hubo, por eso las motos de mi barrio son muy bonitas y chulas y engañan a las motos de pizza para que se metan por calles prohibidas y tengan que quedarse a vivir en el barrio, con otro ruido, otro color, y la vieja sorda que les toque o hasta un policía sordo, a mí me dijeron que.

PEDIRLE DEMASIADO AL AGUA

Lo mismo que se está muriendo gente que no se había muerto nunca, ahora está lloviendo donde nunca había llovido. Y de la misma manera que al que muere la muerte le encuentra vivo, al que le llueve por sorpresa el agua le encuentra con un chalet de mierda en una cañada o un adosado dominguero en una ribera. Lástima que las trombas tampoco respeten chabolas de necesidad. Estaría bien que las riadas se saltaran a los pobres y fueran sólo a cargarse la tele de plasma del pamplinas. Otra cosa es que lloviera únicamente en las camisetas de las tías buenas, pero ya sería pedirle demasiado al agua. Lo digo por la churri de arriba. Qué vicio con el lapicito óptico, chico. Estoy por dibujar mujeres con seis o siete tetas para que me duren más en la Wacom. Molan las goticas. Automuac.

VENID CUANDO VOSOTROS QUERÁIS, MAJETES