martes, 17 de octubre de 2023

DE REPENTE, MÁS ÁRBOLES EN MADRID GRACIAS A LUCÍA ETXEBARRÍA


Rondaría el año 2005 cuando me dije que ya era el momento de ponerme al día con Hacienda, que estaba de culo inquieto y sin nada formal en ningún trabajo. Y es que tenía antecedentes de vagabundo fiscal o peor, ah, la juventud, pero más que nada tenía cargo de conciencia. Tantos curros oscuros y evanescentes en la tele me hacían directamente un bandolero para la Agencia Tributaria así que fue un oportuno trabajo en A el que me puso en condiciones de rellenar aquel impreso y saldar mi pasado criminal... O de intentarlo. Mandé mi declaración y a los pocos meses afloraron mis años en B de zurrapa de guión y recuelo de SGAE. Revisión, apercibimiento, algo parecido a una bronca, me tocó pagar una multa asesina que pude resolver afortunadamente en un par de años y desde entonces no falto, ni se me ocurre, a mi cita anual con la declaración. Lección aprendida y no lo volveré a hacer más, señoría... A lo que iba. El Tribunal Supremo ha sentenciado estos días que Lucía Etxebarría, arriba (le pones una regla con números al lado y parece una foto policial), tiene que pagar una deuda en Hacienda de 270.000 euros... Del año 2010 o por ahí. Dos ejercicios declarando equivocadamente o escondiendo directamente la pasta ganada. ¿Y tiene que venir el Tribunal Supremo con todo el equipo a poner firmes a un simple individuo? Parece que sí, llegados a un monto de cierto nivel. Y otra cosa... Para deberle ese dineral al Estado, ¿Cuanto has tenido que ganar tú escribiendo? ¿Saliendo en la tele? Pues lo mismo que Ana Torroja o que Shakira, que NOS deben otra pasta gansa, aunque sean más agradables de aspecto... Lo que me trae a colación la actitud chulesca y displicente de la señora Etxebarría donde quiera que te la encontrabas esos años, o estos de ahora, y no cantaba una mierda, y sigue sin cantar... Bah, creo que son prejuicios míos... Yo qué sé. A lo mejor luego fue un despiste haciendo números con su gestor y todo se arregla en un pispás y nos ponen más árboles en Madrid gracias a ella... Ojalá. Tampoco hay que ir de resentidos por la vida... Ni siquiera con ese esperpento intratable que va de moderna, con esa mala bestia desgreñada en que se ha convertido últimamente...  Oh, se me nota mucho que no me gusta físicamente... Vaya, perdón. Espero que tampoco se me note que lo que escribe la señora de arriba no es del todo de mi gusto.