jueves, 14 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (62º DÍA DE CUARENTENA)



Es el único chiste que he escuchado de viva voz en todo este tiempo de cuarentena y me lo contó Jose, el carnicero de la calle Argumosa, cuando les fui a comprar hace ya unos días:

JOSE
Con esto de la pandemia, ¿sabes cómo van a ser todos los niños que salgan dentro de nueve meses?

YO
Ni idea.

JOSE
¡Legítimos! ¡Todos legítimos!

También nos hemos cruzado esta mañana en la puerta del "Ahorramás" con el vecino del "Vamos". Mucho más alto y más fuerte en la calle que en su balcón. Increíble. Y no, no le dijimos nada. Tampoco sé si nos reconoció a nosotros, la parejita de las palmas desacompasadas por tanguillos, los del repique entre moribundos, ella monísima y él una gárgola con gafas... Los mismos que sacaron una bandera republicana con macetas el día de la República...

A propósito de la República, en el Barrio de Salamanca se están saltando las normas del confinamiento de puro fachas con banderas abajo en la calle. Protestan a cientos contra el gobierno. Es el tercer día en que lo hacen, parece. Y sólo algunas detenciones. No dos docenas de camiones y todos para dentro, falangistas, marquesas, banqueros y curas de paisano...

Lo raro es que estos imbéciles supieran donde tenían las cacerolas para hacerlas sonar. Me inquieta. Se lo preguntarían al servicio, supongo.

Tampoco han detenido al Arzobispo Cañizares en Valencia por congregar a multitud de fieles, olé mis huevos de Kinder sorpresa y olé mi capa roja de treinta metros como para que me pisoteen todos los fans de Leonardo di Caprio buscando un autógrafo en estampida... Sería bonito de ver al retaco soberbio sobrepasado por las circunstancias. ¿Cómo lo llamé en una entrada? Por su gusto por los textiles y en honor a una tienda mítica que había por la calle Atocha: "Bobo y Pequeño".

A ver cómo se da el aplauso de hoy. Creo que ya hay una decisión más o menos unánime para ponerle un "bonito broche final" este domingo. Ojalá. Los fachas ya están metiendo sus narices hediondas y este gesto de los buenos no lo merece.