jueves, 5 de mayo de 2011

BENDITO PAÍS DE MIERDA

Partiendo de la base de que en el mundo de las tentaciones la falta de tacto se da por supuesta (yo no la voy a tener en absoluto), y de que las propias tentaciones tienen su escalafón de gravedades por ley (físico-divina: según se va cayendo en ellas), aquí va el decálogo de las tentaciones en las que hemos caído (escayoladitos hasta arriba) y con las que, me parece, nos hemos atiborrado últimamente en este bendito país de mierda:


1: La comodidad de dejar la política en manos de los políticos.
2: La ingenuidad de creer en el Estado del Bienestar, ese "pop" que hace el maíz de la Democracia.
3: Dar por sentado que el Cuarto Poder garantiza la independencia de las informaciones.
4: Pensar que la resaca de la Guerra Civil no necesita un dique definitivo.
5: Confiar en las mayorías y en la igualación: no ser el primero en cruzar el semáforo, ni el último.
6: Los corruptos son excepcionales.
7: Toda la culpa de la crisis es de los especuladores, los bancos y las constructoras. El lema del timador "Jamás conseguirás timar a una persona honrada" es mentira.
8: Creer que vivimos en un país laico.
9: Permitir que la Educación sea cosa de los partidos políticos.
10: La superficialidad no es tan mala: de la televisión no pasa.

Diez tentaciones, por no hozar más. Me salto la eficacia de Esperanza Aguirre, el centrismo de Rajoy, el sacrificio de Zapatero, las misiones humanitarias, las ventajas de la ley antitabaco, la necesidad de entendimiento con el moro, las virtudes del panfilismo y la libertad de elegir el modelo de pantalón vaquero que quieras siempre y cuando lleves el culo caído de la elefanta que yo te diga, chavalote, a 50 € el cacadown.
Lo dicho: bendito país de mierda.