sábado, 11 de septiembre de 2010

VERANO DEL 98


//... Es temible. Ama suave, como desde otro.
El Dios de los Machacados ha mandado una virgen
Para que se le aparezca encima del televisor.
Ha encendido otro cigarrillo y la ha dejado hablar.
Luego se ha rascado el culo, ha sonreído.

Hay más misa en un borracho solitario en su mesa
Que en todos los labios pintados de todas las iglesias...//



MI BARRIO (46)

Mi barrio es muy de tecnología punta y de la otra, de incomunicarse lo mismo por satélite que en la carnicería delante de los pollos. Con más canales que en Venecia, no hay muchos que sepan decirte por donde para el Golfo de Messina (ni si es un tío simpático), de qué color es el océano Índigo, o por qué, si la conga es un pasacalles, están así de serios en el Congo con lo bien que se lo pasan en Jalisco. Hay televisiones hasta para el jilguero, pero no sabrían decirte si la Escuela de Franckfurt era pública o de pago. Yo creo que la gente de mi barrio ve la tele que le viene por el aire como la Virgen María vio llegar el rayo de luz en forma de palomo que le iba a dar gusto por dentro sin romperla ni mancharla, y luego mira: tontita en todo lo que le quedó de Biblia. Al niño lo tienen suelto y sin zapatos como un ratón de campo por los bares, pero ellos acaban de hacerse socios de cincuenta canales de veinticuatro horas cada uno como si el día fuera eterno o ellos se fueran a reencarnar en una manifestación de gente sentada y tomando botellines cada uno delante de una tele distinta. Y todo para que al día siguiente en la cafetería la mayoría de la gente de mi barrio haya visto la misma mierda gratis y cada uno, por separado y cagándose en el siglo XXI, tenga ganas de bajar la parabólica del tejado y hacerse una paella como Dios manda con el Ñú que se comen en el National Geographic, da igual a la hora que lo pongas. O eso o acaban de descargarse furtivamente 1.200 películas de guerra o de kárate de internet y a ver ahora de dónde sacan el tiempo, la prórroga del paro y la retentiva. Pero la retentiva en mi barrio es más una cosa de la policía que de la capacidad de acordarte de lo último que has visto en la puta tele y que no sea un resultado de fútbol de seis a cero, perdiendo tu equipo.