lunes, 12 de diciembre de 2011

EL GRAN WYOMING, INTÉRPRETE

Están los cómicos, los humoristas creativos. Ellos se guisan su propio chiste, su gag original. Luego están los vicarios, los imitadores recopiladores, los cómicos de la mímesis y hasta del robo. Y luego están los intérpretes. Artistas de un instrumento que suenan con la partitura de otro. No son exactamente contadores de chistes ajenos, con autoría reconocida o sin ella, de acervo popular. Actores, monologuistas y demás artisteo del ramo aparte, los intérpretes que digo tienen algo de mediums. Son poseídos por el texto (se dejan poseer) y transmiten su mensaje a los vivos con gracia, disciplina y respeto, pero dejando fluir al tiempo su personalidad y su estilo, su chispa. El mismo gag, la misma partitura, sonarán distintos en la interpretación de un vidente o de otro. Y en esto hay primeras figuras, como en todo. El Gran Wyoming, por ejemplo. Estoy convencido que, de todo el cerro de guionistas que le surten de material cómico en su programa diario "El Intermedio", no habrá ni uno que no sienta respetados sus chistes, sus acotaciones y hasta la marca de su sintaxis. Nótenlo, chiste a chiste. Un solo registro porque el programa tiene línea editorial y porque el director filtrará los chistes malos o inadecuados al "timbre" Wyoming, pero ahí está el tío, interpretando que da gusto, poniéndole voz a una parida meramente conceptual o pergeñada en una barra de bar sobre una servilleta de papel. Y cuando la partitura es buena, esa música la borda. Y te meas de risa. No sé si me estoy explicando... A ver. Si le das a Eric Clapton la partitura de "La Cabra, la Cabra...", te la toca con su Fender Stratocaster y quizá trate de mejorarla, porque el tío sabe de música un huevo. Si le das al Gran Wyoming la partitura de "La Cabra, la Cabra...", no escucharás una interpretación más fidedigna y entregada (incluso con el aporte de su ecualización y su estilo, su "maniera"), pero no te la retocará en lo fundamental porque respeta al autor, y sabe Dios qué motivo ha tenido ese pobre diablo para escribir una cosa tan burda y tan mala... Por eso estoy convencido de que los guionistas se esfuerzan en suministrarle el mejor material de sus máquinas: porque con Wyoming no hay la más mínima disculpa y es el espejo vivo de sus folios. Él nunca será el problema. El problema será tu folio, que quedará en evidencia sin apelación. Él se entrega ¿no? Entrégate tú también, hijoputa... Esto era. Más o menos. Que en las cosas del humor el Gran Wyoming es un grandísimo intérprete. Quería aclararme yo mismo los porqués de mi respeto por este hombre que, encima, es más rojo que el culo de un mandril. Ahí sólo se interpreta a sí mismo, seguro. Ha quedado salada la caricatura, leche.