domingo, 16 de junio de 2013

EL VIEJO SENTIDO DEL PELIGRO


Esto que nos pasa con el "todo vale" de los tiempos (en música, en literatura, en bares, en política, en exposiciones...) o con el "indiscutible determinismo" de las circunstancias globales que afectan y condicionan nuestra vida, y su aceptación diaria, inexorable, entrópica y chiripitifláutica, es parecido a esa progresiva pérdida del "sentido del peligro" (como quien pierde vista o audición con los años) que teníamos en perfecto estado de revista de pequeños, en el campo, en el pueblo, en el recreo, en los solares. Al menos así lo recuerdo. Una serpiente, una ortiga, un sapo, un perro desconocido, una mata con bayas rojas, un cura meloso, un borracho raro, un maestro con palmeta, una madre con zapatilla, un concejal de urbanismo con Mercedes... Tu instinto estaba ahí y te avisaba. Timbrazo y adrenalina. Corre, esquiva, disimula, coge una piedra, salta, piérdete. Y no te ponías a convencer al perro, no catabas la baya roja, no te sentabas en las rodillas del cura y no le reías los chistes al concejal de urbanismo... Si hoy reaccionáramos con la misma rapidez y naturalidad frente a los truños que intentan hacernos tragar por aquello de vivir en sociedad y aceptar las reglas del juego, de la cultura, de la civilización, de la política... No estaríamos en esta puta vida adulta de zarandaja y trampantojo. Un tesorero de partido político con la cara del de arriba, Álvaro Lapuerta, por ejemplo, haría chillar a ese niño como delante de un perro rabioso. Ese niño trepaba a un árbol como una exhalación y antes de que el viejo abra la boca para convencerle de que es inofensivo ya le ha arreado un piedro en toda la cabeza. Cachis. Antidemocráticamente. Sin unas elecciones. Sin conocer el programa del Partido Popular de ese momento y sin saber nada de sobres, robos o sinvergoncerías. Piedro. Instinto. Sentido del peligro. Fiarse de lo que uno entiende por fisonomía chunga: sapo a punto de escupir, baya roja, maestro con palmeta... ¿Prejuicios? Atajos. Naturaleza salvaje. Y si hay algo desnaturalizado en este arranque de siglo es la cultura toda, la convivencia toda y la política toda. "Bueno, algo se salvará..." Lo que se salva está conmigo encima del árbol. O lo llevaba yo dentro o se ha subido al mismo tiempo que yo. Basta hacer la prueba con todos los caretos que nos quieren hacer tragar como ciudadanos de bien y servidores públicos. Esas polaroids de bacterias al microscopio no se sientan a comer la merienda con ese niño porque a mí no me da la gana. En cierto sentido, y me pongo serio, este blog no es otra cosa que mi puto árbol. Y cada entrada un piedro.