viernes, 9 de marzo de 2007

LA POSTERIDAD


Sólo hay dos tipos de personas:


-Las que apuestan su futuro a una sola semilla.


-Las que apuestan su futuro a cientos de semillas.


El Hombre Aguacate. El Hombre Sandía. Por hombre se entiende Ser Humano (no clamen las mujeres).



El Hombre Aguacate es de un solo libro, una sola empresa, un solo amor, un solo hijo. Suele morir de un tejazo.



El Hombre Sandía es de muchos libros, muchos fracasos, muchos amores, muchos hijos. Suele morir de un tejazo.



La posteridad de uno o de otro siempre depende de la calidad de sus fracasos o la estupidez de su único libro. Las tejas ponen a cada uno en su sitio. Y el cambio climático nos pondrá a todos.



Viva la muerte.


Viva la esterilidad.


Viva el pasado.


Arriba los melones.

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (3)

Pero
tengo
una noche entera
para comprender a este dios pequeño y aterido
que me cuenta dichas de incendios
y vientres olisqueando por las aceras.

Tengo esta noche como un indio su caballo
pinto de estrellas.

Y voy a hablarte.


Lo que quiero decir es oscuro como una niña.
Lo que quiero decir es de contentas violencias
y de calladas subversiones.
De nuevas heridas jubilosas.
Del pánico.
De fe en la vida perturbada. De vencejos y de ventanas.

De hombres y de mujeres.

Del espíritu y del pus y de los cuerpos y
de taparnos alaridos unos a otros con almohadas,
con besos, con choques de trenes.

Imperdonable al whisky,
severamente ebrio,
necesitaría más balas para acertarte.

La Gran Locura es un ejercicio de precisión
y no deja mutilados vivos.

Ya
caí una vez por el eterno
hueco de escalera
de mi cabeza.
Los brillos de la noche pasaron por el borde de mi copa
abandonada
con chisporroteos de final de hoguera.

No es algo que le puedas contar a tu noviecita
sin verla humear
bajo tu lupa de psicópata.

El infierno tiene estos pasamanos.

BOTANDO EN LA BUTACA




Hay tres películas cuyos protagonistas se pasan todo el rato en la cama y no son porno: EL EXORCISTA, JOHNNY COGIÓ SU FUSIL Y MAR ADENTRO.


A Russell Crowe lo nominaron al Oscar a la mejor interpretación masculina por GLADIATOR cuando se pasa media película con una máscara. No recuerdo si se lo dieron.



Cuando Clark Gable dice eso de "Me importa un bledo, querida" en LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, quería decir exactamente que le importaba un huevo, o un pimiento, o una mierda. Pero dijo "bledo". Cuando vio la versión española, el propio Clark Gable corrió a buscar inmediatamente un diccionario de la R.A.E:


bledo: m. Planta rastrera, de unos tres decímetros de largo, hojas triangulares de color verde oscuro y flores rojas y pequeñas.


El orejas siguió preguntando por ahí y se enteró que es lo que se le da de comer a las vacas cuando no hay otra cosa. De muy poco valor nutritivo y muy poco sabor, según las vacas. Y al que las cuida no le cuestan nada porque el bledo crece solo, no como la alfalfa, que hay que sembrarla. El hombre quedó muy tranquilo, aunque habría preferido decir "Me importa un huevo de pato, querida" (protestas de los patos), "un cojón de mico" (huelga en el zoo), o "un rábano" (aplausos del modisto).



Los momentos de ir al baño en las películas de los Hermanos Marx (en casi todas) es cuando Chico o Harpo agarran un instrumento (no digo nada cuando canta Zeppo). Es lo mismo que me pasaba de pequeño con los Payasos de la Tele: Circunstancia Gabi tocando el saxofón enano. Y últimamente cuando hay tanta, tanta, tanta tensión en una partida de póker y yo no tengo ni idea de jugar al póker. En todas, menos en EL GOLPE. Probablemente es la diferencia entre una gran película y las otras. Consiguen que un paralítico no odie el ballet.



Y por supuesto nadie dice nunca, nunca, en CASABLANCA, eso de "Tócala otra vez, Sam".

EL MAL