jueves, 19 de abril de 2012

DEADWOOD, Y QUE SE JODA LA TÍA PACA


A la espera de que Emilio Aragón vuelva a producir una serie edificante sobre desayunos con leche Pascual, niños pizpiretos y abuelos maravillosos, regreso a Deadwood. No hay un reparto mejor. No hay un casting más soberbio. Creo, incluso, que escogieron a los actores primero y luego escribieron los guiones. Arriba, Al Swearengen, por el actor Ian McShane. Para conseguir una interpretación como la suya no valen los manuales ni el simple talento. Hay que estar bendecido por Dios y por el Diablo a la vez. Al Swarengen es el malvado malísimo retorcido mejor persona que he visto en mi vida en ninguna parte: cine, teatro, televisión o calle. Una cosa gloriosa de verdad. El manierismo de la sofisticación de la perfección insusitada en lo que es ser un monstruo de malo y buena gente. Hay que verlo. Si todavía queda alguien en la Tierra que no haya visto Deadwood siete u ocho veces, descargad la serie de la red a martillazos con la banda ancha o asesinad un par de docenas de dependientes del Corte Inglés hasta que consigáis robarla. Saltaos al sherif Bullock (no se puede ser peor actor que Oliphant, pero es que hace de un sheriff como él mismo de torpe con los sentimientos y la comunicación humana), abrazad a la tullida Jewel, bebed con Juanita Calamidad, decid "Hijoputa" con el chino Bu, y, sobretodo, seguidle la mirada, los insultos y su concepción del ser humano al animal de arriba. Cuidado cuando entres en su cuarto de recibir y tengas a Dan a tu espalda. Si Al abre el cajón donde guarda el whisky y los vasitos, puede que salgas con vida... Mientras le metía un óleo del 65 a esos ojos y empujaba las sombras por las arrugas de su frente con el puntero de arrastre al 30% , he tenido todo el rato a Dan a mi espalda, escondiendo su cuchillo de degollar en la mano derecha. Una sensación indescriptible. Te encarga el dueño del burdel de la última ciudad sin ley de Dakota un retrato y tú enchufando tu tableta gráfica Wacom al cable del telégrafo... Así que recomiendo mucho Deadwood hasta que Emilio Aragón vuelva a salvarnos a todos o el Rey tenga que pedir perdón otra vez a Ehpaña entera como una folklórica.

TERCERA DE HANDICAP (4)