jueves, 6 de mayo de 2010

POING POING POING

Esta madrugada me he sentido como un Walter Matthau feliz, sin el más mínimo sarcasmo, a tomar por saco el cinismo, una pera al sol. No pasa a menudo, leche. O me cambia la cara o no podré salir a la calle, que ahí fuera están deseando encontrarse con una fruta para patearla debajo de un camión. Diablos. Ahora sé de donde sacaba Walter Matthau ese ceño para soltarle cuatro frescas a Jack Lemmon. A ver si me sale.