POING POING POING
Esta madrugada me he sentido como un Walter Matthau feliz, sin el más mínimo sarcasmo, a tomar por saco el cinismo, una pera al sol. No pasa a menudo, leche. O me cambia la cara o no podré salir a la calle, que ahí fuera están deseando encontrarse con una fruta para patearla debajo de un camión. Diablos. Ahora sé de donde sacaba Walter Matthau ese ceño para soltarle cuatro frescas a Jack Lemmon. A ver si me sale.
Ostiaputa!! De vez en cuando sienta bien sentarse feliz, sin dolor en el culo como la bandera de Japón.
ResponderEliminarBrindo por la felicidad mientras no sea aburrida.